Multitud de contenedores en el puerto de Qingdao (China). EFE/Wu Hong/Archivo

China se consolida como principal aliado comercial de los países árabes

Riad (EFE).- China se consolidó hoy como el mayor socio comercial y uno de los principales aliados políticos de los países árabes, tras la celebración de dos cumbres “históricas” en Riad en las que participó el presidente chino, Xi Jinping, y los líderes del golfo Pérsico, Oriente Medio y el norte de África.

La visita de Xi a Arabia Saudí, la primera desde 2016, estuvo marcada por la firma de una treintena de acuerdos multimillonarios con la monarquía árabe, país del que importa gran parte del combustible que requiere uno de los mayores consumidores de hidrocarburos del mundo como es China.

Asimismo, el mandatario chino asistió a dos cumbres: una entre China y los países de la alianza económica Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) -que agrupa a las potencias árabes ricas en petróleo- y otra entre el gigante asiático y los líderes de los 22 países que conforman la Liga Árabe.

En palabras del propio Xi, estas cumbres suponen el inicio de “una nueva era” para las relaciones entre China y el mundo árabe, una estratégica región en la que Estados Unidos ha intentado imponer su hegemonía pero que se está distanciando y acercando a Pekín por las grandes oportunidades económicas que presenta, además de las pocas exigencias políticas.

Cooperación energética

En la cumbre con el CCG, Xi anunció la construcción de “una nueva ecuación” para la cooperación “integral” en el campo de la energía con los países del golfo Pérsico, algo que quiere desarrollar en los próximos tres a cinco años.

Asimismo, aseguró que el gigante asiático “continuará importando petróleo crudo de manera estable y en grandes cantidades” de los países del CCG, además de “aumentar las importaciones de Gas Natural Licuado (GNL)”.

En un mensaje velado a Estados Unidos, el presidente chino también llamó al CCG a “aprovechar al máximo” la Bolsa de Petróleo y Gas Natural de Shanghái, con el objetivo de comerciar con crudo y gas en la moneda china, el yuan, en vez del dólar, algo que afectaría gravemente a la divisa estadounidense.

Xi también anunció una mayor cooperación en tecnología, energía limpia y baja en carbono, así como en producción y almacenamiento de hidrógeno, mientras que dijo que se establecerá un Foro China-Golfo para abordar estos asuntos, además de un Centro de Excelencia China-Golfo sobre Seguridad Nuclear para desarrollar los “usos pacíficos de la energía nuclear en los países del CCG”.

El CCG está integrado por Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Kuwait, Baréin y Omán, siendo algunos de ellos los mayores productores de la OPEP.

Más comercio y cooperación económica

En materia de finanzas, y en medio de negociaciones para firmar un tratado de libre comercio entre China y el CCG, Xi dijo que la cooperación en este ámbito busca facilitar la entrada y las inversiones de los países árabes al mercado chino, así como “la cooperación entre fondos soberanos”.

En este sentido, los líderes de la Liga Árabe ensalzaron el papel de China como su mayor socio de negocios, con el que han alcanzado un intercambio comercial de 300.000 millones de dólares en la última década, además de superar la friolera de 27.000 millones de dólares en inversiones directas.

Durante el mismo periodo, según Xi, se han establecido 17 mecanismos de cooperación con el gigante asiático y también centenares de otros proyectos en diversos sectores.

Alineamiento político entre China y los países árabes

“La cumbre sino-árabe nos llevará a un futuro más brillante, y China anhela empezar una cooperación integral que fomente los intereses mutuos”, dijo el presidente chino, que recordó que su país ya ha establecido “relaciones estratégicas integrales” con 12 naciones árabes.

Las diferentes reuniones celebradas hoy confirmaron también el alineamiento político de los árabes con China, como por ejemplo en la causa palestina, respaldada por Pekín.

Asimismo, las partes mostraron su compromiso con el principio de “no injerencia en los asuntos internos” y de integridad territorial, en la que los árabes dieron su apoyo a la política de “una sola China” de Xi.

Por esta razón, no se abordaron temas de especial sensibilidad como puede ser la situación de los uigures, una minoría musulmana que, según varios países, es víctima de un “genocidio” a manos de China.

Y es que las relaciones entre el mundo árabe y Estados Unidos se han enfriado últimamente, en parte por la equidistancia que han mantenido estos países en relación a la guerra de Ucrania y su negativa a aumentar su bombeo de crudo para reducir los precios del combustible.

Pero, sobre todo, por las exigencias y críticas de Washington a estos países, que cuentan con un pésimo historial en materia de derechos humanos, algo que no representa una prioridad para Pekín.

El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, lo dejó bien claro durante su intervención en la cumbre: “A partir de la cooperación, trabajamos con China para establecer un sistema internacional más justo, basado en el desarrollo integral, el respeto a los derechos de los pueblos a la libre determinación, sin interferencias externas, y en el rechazo a politizar los derechos humanos”.