Homenaje a los asturianos deportados a campos de concentración nazis. EFE/J.L.Cereijido

El homenaje a los deportados asturianos, una advertencia ante el totalitarismo

Oviedo (EFE).- El parlamento asturiano ha acogido hoy un homenaje a los exiliados y deportados a los campos de concentración nazi, un acto de reparación y justicia que debe servir de advertencia contra el totalitarismo, la intolerancia, el racismo y la xenofobia, así como para reivindicar la memoria de cuantos lucharon por la libertad y la democracia.

El presidente del Principado, Adrián Barbón, y el de la Junta General del Principado, Marecelino Marcos Líndez, junto a Esther Martínez y José Manuel Martínez, familiares de algunos de esos deportados, han presidido este reconocimiento en la sala de plenos histórica del parlamento autonómico, que ha concitado a distintas autoridades y diputados autonómicos.

Al menos fueron 190 los asturianos que no solo padecieron el exilio, sino que también pasaron por los campos de exterminio nazi, hombres y mujeres que en su mayoría fueron asesinados y cuyos nombres y apellidos han sido citados uno por uno en el parlamento autonómico por algunos de sus familiares ya que ninguno de ellos sigue vivo.

Sufrieron guerra, trabajos forzados, la deportación y crueles torturas, ha recordado hoy Esther Martínez, representante del Grupo de Deportados, que pretende conseguir el reconocimiento de la sociedad y las instituciones, así como que las nuevas generaciones sepan que “El niño del pijama de rayas” también pudo ser un asturiano.

Aunque remover su historia aún duele, Martínez ha señalado que los nombres de unos hombres que fueron liberados, asesinados o se evadieron quedarán a partir ahora entre las paredes del parlamento como la mejor muestra de la Asturias de su tiempo: la de quienes lucharon contra la libertad y el fascismo y cuyo recuerdo podría haber servido para que hoy no hubiese que lamentar el resurgir del totalitarismo.

Igualmente, para el presidente del Parlamento, el homenaje de hoy debe servir también como una advertencia contra el totalitarismo, la intolerancia, el racismo y la xenofobia, así como, una reafirmación del compromiso de reivindicar y promover la vigencia y la memoria de todas aquellas personas que lucharon por la libertad y la democracia, garantizando.

Desconocimiento de un hecho intolerable

El drama de la deportación de los republicanos asturianos y españoles a los campos nazis sigue siendo un tema desconocido para buena parte de la población, según Marcos Líndez, para quien la vida de cada uno de ellos personifica también los grandes ideales de la sociedad,: la justicia, la igualdad y la libertad.

El conocimiento integral de aquel “excepcional e intolerable acontecimiento” debe contribuir a extender la conciencia sobre los derechos humanos y a estar más alerta para combatir el racismo, la intolerancia y cualquier forma de discriminación en nuestro mundo.

Barbón también ha reconocido que son muy pocas las personas que conocen esas historias y “retratos de coraje” de una de las peores épocas de Europa y que Asturias tenía una deuda pendiente con quienes pasaron por los campos de exterminio de Hitler, por lo que en nombre del Gobierno asturiano ha pedido perdón por el olvido.

El presidente se ha comprometido también a continuar fomentando el conocimiento de la historia de Asturias y ha advertido de que, frente al auge de los populismos y las teorías de la conspiración no se puede perder de vista que “la democracia y las libertades no son una conquista irreversible, que hay que reafirmarlas cada día”, también en el Principado, porque las podemos perder.

Un acto de reparación y justicia

·Este homenaje es, sobre cualquier otra consideración, “un acto de reparación y justicia”, ha afirmado Barbón, tras señalar que en febrero de 2023 hay que continuar defendiendo la democracia y reconocer a quienes se jugaron la vida y a veces la perdieron “para edificar una sociedad libre”.

En nombre de los familiares deportados, López Alonso ha pedido la colaboración de los adoquines de la memoria en recuerdo de los deportados que ya han sido identificados, así como la instalación de una placa con los nombres de todos ellos en un espacio público que, según Barbón, podría ser el Campo de San Francisco, en Oviedo, decisión que debe consultarse con su Ayuntamiento. EFE