Gijón (EFE).- La actriz Carmela Romero, actualmente embarazada de casi 30 semanas, protagoniza en “9 meses” un montaje en el que reflexiona en clave de humor sobre la maternidad y la conciliación, algo que considera que en España “no existe” porque lo que más se acerca a ello son los abuelos.
Dirigida por Laura Iglesia, Romero se subió ayer en el estreno de la obra al escenario del Teatro Jovellanos acompañada de su hija de cuatro años y de su barriga de embarazada, un punto diferenciador respecto a otros espectáculos del que se aprovecha en escena, pero deja en el aire la posibilidad de seguir con las representaciones tras el parto.
El objetivo de la obra, en el que interpreta a diferentes personajes, no es dar respuestas sino lanzar una serie de preguntas con el objetivo de que el público reflexione y salga del teatro “un poco distinto de como entra”, según ha apuntado la actriz en una entrevista con EFE.
¿Cómo cambia tu vida cuando te enteras de que vas a ser madre?; ¿Y un hermanito, para cuándo?; ¿Por qué la gente te trata cómo si estuvieras enferma si sólo estás embarazada?, son algunas de las preguntas que plantea Romero, que considera que a diferencia de la crianza de hace 70 años, cuando muchas mujeres no trabajaban fuera de casa, ahora parece que deben ser Superwoman y asumir “preciosas y con una sonrisa cargas físicas y mentales de dentro y fuera de casa”.
Romero asegura no estar en contra del concepto de Superwoman porque, sin quererlo, las personas a diario intentan superarse cada día, pero afirma que, en la práctica, todas las madres vivirían la maternidad de manera mucho más relajada sin la carga “de tener que hacer un millón de cosas y hacerlas todas bien.
“En este país la conciliación no existe, que no nos vendan la moto”, sostiene Romero, quien sobre el escenario lanza esta crítica clamando que igual en Alemania o Suecia funciona, pero en España “brilla por su ausencia”.
Aunque admite que puede que haya personas a las que les funciona, asegura que en su caso, como profesional autónoma que se dedica a la cultura y tiene dos niños, hay que hacer “malabares” y que “lo que más se acerca a la conciliación son los abuelos” para quien tenga suerte de tenerlos.
Lo que sí ve con buenos ojos son las redes de mujeres que se han tejido en los últimos tiempos, ya que, pese a que la sociedad actual es “mucho más individualizada” que la de hace un par de generaciones “de un tiempo a esta parte quien quiera puede encontrar núcleos de apoyo”.
Romero sostiene que este apoyo surge por parte de las propias madres y lamenta que pocos partidos políticos tengan puntos sobre conciliación en sus programas pese a ser “un tema que debería estar más presente”. EFE