Taramundi (EFE).- Asturias y Galicia han reivindicado este viernes la necesidad de que la Unión Europea modifique los criterios “restrictivos” que aplica para la declaración de zonas escasamente pobladas y tenga en cuenta aspectos como el sobreenvejecimiento, la dispersión poblacional y la baja natalidad que afecta a ambas comunidades.
Así lo han avanzado este viernes el presidente del Principado y de la Xunta de Galicia, Adrián Barbón y Alfonso Rueda, respectivamente, tras mantener un encuentro bilateral sobre el reto demográfico.
En rueda de prensa, ambos han explicado que reclamarán al Gobierno central que plantee a la Unión Europea la ampliación de los criterios, puesto que, actualmente solo Teruel, Cuenca y Soria son consideradas “zonas escasamente pobladas”.
El objetivo de Asturias y Galicia es conseguir una serie de beneficios fiscales y ayudas directas para los territorios donde prestar servicios “cuesta más”, ha subrayado Rueda, quien ha explicado que lo primero que ambos ejecutivos harán es intentar “convencer” al Gobierno de España para que su reivindicación llegue a las instituciones europeas.
“Los requisitos son tan estrictos que solo tres provincias son reconocidas”, ha dicho, por su parte, Barbón, quien ha recalcado que si se amplían los criterios las comunidades “saldrán ganando”.

Declaración de Taramundi
Los presidentes autonómicos, que han acordado celebrar este tipo de cumbres bilaterales con carácter anual, han puesto en valor el trabajo conjunto de ambas comunidades para avanzar en cuestiones como el reto demográfico.
De este modo, Asturias y Galicia han suscrito hoy la denominada “Declaración de Taramundi” en la que se han comprometido a crear un “equipo permanente de trabajo” para intercambiar experiencias en los próximos meses y poner en marcha “políticas interesantes para ambos”, ha precisado Barbón.
El texto acordado resalta la importancia de impulsar una agenda que confronte el reto demográfico con una “visión poliédrica” y recalca la necesidad de valorar “todos los aspectos con una incidencia real en el mundo rural contemporáneo y el papel y las funciones renovadas de las aldeas, las villas y las ciudades en un nuevo contexto de relación campo-ciudad”.
También incide en que el despoblamiento del mundo rural, el envejecimiento generalizado de la población y el abordaje de la crisis demográfica “miran con preocupación el devenir” de los debates sobre el sistema de financiación de los servicios públicos, “donde el coste real ha de ser una variable que en modo alguno se puede obviar”.
“No se trata de confrontar personas ni territorios, sino de ofrecer idénticos derechos y oportunidades a todos los ciudadanos con independencia del lugar en el que residan”, sostiene el texto.

Retorno de gallegos y asturianos
Tras el encuentro, Barbón se ha comprometido a adaptar en Asturias a lo largo de los próximos años la Estrategia Retorna, puesta en marcha por la Xunta, con el propósito de que puedan regresar asturianos en el exterior.
“Es interesante y el propósito es desarrollarla en los próximos años. Formará parte del programa de Gobierno”, ha incidido.
Sobre esta medida, Rueda ha destacado que esta primera estrategia ha supuesto la incorporación de 28.000 gallegos desplazados y que en la segunda fase aspira a facilitar el regreso de otros 30.000 más.
Entre los objetivos que contempla la nueva fase, ha explicado, es que gallegos con formación regresen a la comunidad con un contrato indefinido.
Asimismo, Rueda ha puesto en valor los “aspectos coincidentes” de los gobiernos gallego y asturiano y la importancia de “hacer cosas juntos” y aprender de la experiencia del Principado ante un reto demográfico en el que se ha conseguido “subir la voz de alarma” y ante el que se debe dejar de lado los “colores políticos y las siglas”.
Se trata de un problema que tiene en su agenda política el “lugar prioritario que merece” y ante el que hay que poner en marcha medidas “duraderas”, ha explicado Rueda en el encuentro celebrado en Taramundi, donde una decena de personas han protestado contra la implantación de parques eólicos en el medio rural. EFE