Oviedo (EFE).- El sindicato ANPE recibió el curso pasado 50 denuncias de acoso, agresión o insultos a profesores frente a las 36 del anterior, lo que supone un incremento de casi un 39 por ciento, con un aumento significativo del ciberacoso por parte de los alumnos y padres.
Así se recoge en el Informe del Servicio del Defensor del Profesor, elaborado por la sindicato docente, que indica que, del total de casos -44 en centros públicos-, la mayoría corresponden a las etapas de Primaria y Secundaria (20 y 19, respectivamente).
El estudio refleja que han aumentado las faltas de respeto por parte de los padres, con 24 casos, así como las agresiones físicas al profesorado, hasta un total de 11 casos.
Los problemas para dar clase también van en aumento, después de contabilizarse 17 casos, según el informe, que también recoge un caso por daños contra la propiedad.
Aumento del ciberacoso
El informe de ANPE -que ha registrado 494 denuncias desde 2006- también pone el foco en el incremento de los casos de ciberacoso, que han pasado de uno a ocho, una cifra que se vincula al hecho de que los jóvenes y sus familias emplean las nuevas tecnologías como medio para “atacar” a los docentes.
“Las nuevas tecnologías han llegado y se van a quedar, pero los niños y adolescentes necesitan formación para el buen uso de los dispositivos”, ha explicado en rueda de prensa la delegada de Secundaria del sindicato, Mariela Fernández.
La coordinadora del Servicio del Defensor del Profesorado de ANPE en Asturias, Montserrat Fernández, ha explicado que todas estas situaciones, de las que solo dos acabaron en juicio, afectan directamente al estado de salud de los docentes.
El curso pasado, se contabilizaron 49 casos de profesores con síntomas de ansiedad, de los que doce causaron baja médica.
El sindicato docente ha asegurado que existe una mayor concienciación por parte de los docentes para denunciar situaciones en las que se encuentran humillados, desamparados o desprotegidos, si bien ha advertido de que existe más casos que los recogidos en este informe, dado que “la mayoría prefiere callarse y no someterse al escarnio público”.
ANPE, que ofrece apoyo psicológico y asesoramiento jurídico frente a estas situaciones, ha asegurado que todos los responsables educativos tienen que adoptar “tolencia cero” ante cualquier tipo de agresión.
Según ha explicado, aquellos docentes que sufren alguna situación de este tipo deben “registrar” estos casos lo que provoca un aumento de la carga burocrática y hace que muchos desistan de realizar dicho trámite.
“El problema en las aulas sigue siendo una asignatura pendiente en el sistema educativo. No se resolverá sin apoyo político, social y familiar”, ha señalado Montserrat Fernández.
Refuerzo del coordinador de bienestar
ANPE ha asegurado que la administración debe “defender y proteger” a sus trabajadores frente a posibles lesiones que se produzcan y que “lesionen sus derechos o su imagen pública”.
También ha reclamado un plan específico de formación del profesorado para la prevención y detección de conflictos relacionados con la convivencia escolar y que se refuerce la figura del coordinador de bienestar para que desempeñe su labor durante más horas.
ANPE ha pedido, asimismo, el reconocimiento de la ansiedad, la depresión y el estrés como enfermedades profesionales de los docentes “siempre que se deriven de situaciones de acoso, estableciendo estas situaciones como accidentes laborales”. EFE
