El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, en la Junta General en una imagen de archivo. EFE/ J.L.Cereijido.

Barbón censura el ataque a los jueces por la ley del “sólo sí es sí”

Oviedo (EFE).- El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha insistido este jueves en la necesidad de “buscar una salida al embrollo” generado con la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, pero ha subrayado que la solución no puede pasar por atacar a los jueces por su aplicación.

En declaraciones a los periodistas en Navia, donde ha visitado las instalaciones de Biogastur, Barbón ha advertido de que se hace un “flaco favor a la separación de poderes y al respeto a los poderes del Estado” si se responsabiliza a los jueces por la revisión de algunas sentencias con rebajas de penas tras la entrada en vigor de la norma el pasado 7 de octubre.

“No creo que la solución pase por atacar a los jueces”, ha insistido Barbón, quien sí ha dicho coincidir con la necesidad de “facilitar una mayor formación en perspectiva de genero a todos los que participan en el mundo de derecho, no solo jueces, sino a todos los agentes”.

El derecho no es una “ciencia exacta”

Barbón ha dicho que no va a culpar a los jueces de la aplicación de una ley, con independencia de que haya unas sentencias que le gusten más que otras porque “el derecho no es una ciencia exacta”, y se ha mostrado como “un profundo defensor de la Constitución y de la separación de poderes”.

El jefe del Ejecutivo asturiano, quien ha recordado que es licenciado en derecho y ha precisado que su posición parte de un análisis jurídico previo, ha insistido en la necesidad de modificar la norma de forma “inmediata”, algo que tendrá que analizar el Gobierno o el propio poder judicial.

Barbón ha asegurado que no duda de “la buena voluntad” a la hora de redactar la ley, pero ha considerado que “si a la hora de aplicar una legislación se consiguen resultados no previstos y no deseados con respecto a la idea fuerza de esa reforma hay que rectificar de inmediato” porque “lo que se pretendía no era que hubiera una rebaja de penas sino todo lo contrario, unificar el delito, ser más gravoso y garantizar el consentimiento libre”. EFE