Imagen de archivo de varios alumnos del CEIP Fuentealegre, de la barriada del Puerto de la Torre (Málaga). EFE/Daniel Pérez

Altas Capacidades, la “excepcionalidad” del modelo de Andalucía

Córdoba, (EFE).- Andalucía cuenta con 16.995 alumnos identificados con altas capacidades intelectuales (AACCII) que suponen el 41,5 por ciento de los reconocidos en todo el sistema educativo nacional, una “excepcionalidad” debido a la escasa detección (1,06 % sobre el 10-15 % estimado), pero que se presenta con un modelo adecuado para avanzar en la atención de estos niños.

Según explica a EFE Manuel Casado, orientador especialista en AACCII y coordinador del programa Andalucía Profundiza de la Consejería de Educación andaluza en Córdoba, la puesta en marcha del “plan de identificación y evaluación” de este alumnado arranca en 2011 con el objetivo de “sistematizar la detección” en todos los centros educativos.

Para ello, se adopta el “modelo de Castelló de la Universidad Autónoma de Barcelona” por el cual se establecen diferentes perfiles para el alumnado con altas capacidades como son la “sobredotación intelectual” (percentil igual o superior a 75 en todas las áreas), los “talentos complejos” en loa que se incluye el artístico y el musical (percentil igual o superior a 80 en tres áreas) y los “talentos simples” (percentil igual o superior a 95 en, al menos, un área).

“Antiguamente solamente se enfocaba la mirada en el alumnado con sobredotación”, es decir, aquel que brillaba y su cociente intelectual era superior a 130. “Ahora la visión es más amplia y el paradigma ha cambiado”, lo que permite identificar con más precisión los talentos.

Protocolo con fases, cronología y medidas

El protocolo de identificación andaluz, con “carácter prescriptivo”, ha sufrido “diferentes variaciones” para adaptarlo a los últimos avances sobre altas capacidades y comprende “varias fases” con una “cronología” establecida, según detalla Casado.

De esta manera, el proceso de identificación comienza con los “cuestionarios” en los que interviene el “tutor” y la “familia” y que se llevan a cabo cuando el niño “pasa a 1º de Primaria” y también “cuando está en 6º de Primaria y pasa a Secundaria”, dos momentos “claves en la identificación o ratificación de las AACCII).

En la segunda fase, el equipo de orientación educativa de cada centro realiza un “cribaje” y se selecciona a ese alumnado que “realmente presenta indicadores ya más fiables” para, en una tercera fase realizar la “evaluación psicopedagógica” con pruebas específicas y finalmente establecer las medidas educativas necesarias, que es lo “realmente importante”, resalta Casado.

Actualmente, los centros cuentan con su “autonomía pedagógica y organizativa” para poder establecer “aquellos tiempos, espacios, momentos y recursos humanos para atender a este alumnado”, si bien la última orden de enero de 2021 estableció que “preferentemente se tendría que desarrollar en el aula ordinaria”.

“No existe una buena identificación si no hay una buena respuesta educativa”, argumenta Casado, quien explica las principales medidas que se implementan en los centros para tratar de atender las necesidades de estos niños a los que se les reconoce un apoyo específico.

Hasta un 15% más de identificaciones cada año

De esta manera, solo para los alumnos con sobredotación se contempla la medida “excepcional” de la “flexibilización”, es decir la “subida de curso”, mientras que para los talentos complejos y simples se proponen los “programas de profundización” y la “adaptación curricular”, en función del perfil de cada niño.

Para Casado, el hecho de tener un modelo “definido” desde hace más de una década permite que Andalucía lidere las estadísticas nacionales en cuanto a la identificación de altas capacidades, si bien reconoce que “no existe un consenso generalizado a nivel nacional”, lo que provoca la distorsión de las cifras. Un modelo, el andaluz, que es muy parecido al que se implementa en “Canarias, Barcelona, Murcia o Asturias”.

Sin embargo, hay “muchos niños” y “muchos talentos con mucho potencial que no están siendo identificados con altas capacidades”, lamenta Casado. Aunque la labor que se está haciendo desde la orientación especializada bajo el modelo de altas capacidades de Andalucía permite “incrementar cada año un 10 o un 15 por ciento las identificaciones”.

Talento todavía por descubrir en las aulas

“Estamos haciendo algo bueno, pero queda mucho por recorrer”, resalta el orientador, quien subraya que ahora se están focalizando en la “formación del profesorado” para detectar e identificar en las aulas con más precisión. “Entrenar el ojo” de los tutores y orientadores a través de cursos especializados que, si bien son “voluntarios”, están generando “interés” entre los maestros.

Para ello, se está creando una “red de formación del profesorado de alta capacidad” que está atrayendo a “muchos docentes sensibilizados” con las necesidades específicas de estos niños que pasan por la “integración” y la “educación inclusiva” que defiende el modelo andaluz.

“No es fácil, pero bajo los principios del diseño universal del aprendizaje y bajo el principio teórico de la inclusión, evidentemente a estos niños hay que atenderlos”, sentencia Casado quien defiende que Andalucía ha apostado por un modelo “acertado” para desarrollar todo el talento que aun sigue escondido dentro de sus aulas. EFE