Rafael Corcoles, consejero delegado de la empresa malagueña Torsa. EFE/Jorge Zapata.

Torsa, tecnología punta andaluza para la industria minera mundial

Gemma Bastida I Málaga (EFE).- Desde su sede en el Parque Tecnológico de Andalucía, el Málaga TechPark, la empresa Torsa diseña y fabrica soluciones de tecnología punta andaluza para la industria minera.

Con ellas ha logrado hacerse un hueco entre las grandes firmas del sector, exportando sus sistemas a los principales mercados de Latinoamérica.

Fundada en 1995 por la familia Barroso, esta pyme malagueña inició su andadura en el ámbito de las energías renovables, con el desarrollo de los primeros parques eólicos del país.

Sin embargo, su “ADN innovador” le llevó a diversificar el negocio y adentrarse en nuevos sectores como la logística farmacéutica o la minería, explica a EFE el director general del grupo, Rafael Córcoles.

En apenas una década, Torsa ha conseguido implantar su tecnología punta andaluza en minas de Perú, Chile o México.

Ha recibido premios internacionales y prepara un plan de expansión que le ha de llevar a nuevos países y continentes, crecimiento que se traducirá también en un aumento de plantilla y de sus actuales instalaciones en Málaga.

La apuesta de Perú


La compañía peruana Antamina, una de las diez minas más grandes del mundo en términos de volumen de producción, fue la primera en confiar en la tecnología punta andaluza de Torsa, a la que planteó un doble reto.

Por un lado, desarrollar un sistema anticolisión de alta precisión para las gigantescas palas utilizadas en las minas, que pueden llegar a medir diez metros, para evitar choques y atropellos.

La empresa andaluza creó un dispositivo basado en la tecnología LIDAR (Light Detection and Ranging) que analiza con precisión centimétrica la interacción entre el vehículo y su entorno.

Alerta al operador de la máquina, acústica y visualmente, del tipo, posición y distancia de los obstáculos que tiene a su alrededor.
Esta tecnología se aplica por ahora en yacimientos a cielo abierto, aunque Torsa ha iniciado una prueba piloto en una mina chilena para su uso en galerías subterráneas.

Esta explotación está considerada la mina bajo tierra de cobre más grande del mundo, con más de 3.000 kilómetros de túneles.

Si esta prueba arroja resultados positivos, apunta Córcoles, se abriría un gran mercado para Torsa, pues la mayor parte de las minas actualmente en explotación son subterráneas.

Expansión internacional

También por encargo de Antamina, Torsa diseñó una aplicación que monitoriza en tiempo real las vibraciones a las que está expuesto el operario de un vehículo minero.

Estas suelen ser origen de lesiones cervicales, lo que ha permitido reducir en un 80 por ciento las bajas laborales por este motivo.

En 2020, la empresa angloaustraliana BHP Billiton, la mayor minera del mundo, premió este dispositivo en la categoría “People’s Choice Award” por su carácter innovador en materia de salud y seguridad laboral.

El premio puso a Torsa en el mapa de la minería mundial, un sector dominado por grandes corporaciones como General Electric.

Torsa cuenta en Perú con una delegación de quince personas, que se ampliará a dieciocho de aquí a finales de año, aunque opera también en Chile y próximamente en México, donde la previsión es abrir oficina con personal propio a principios de 2023.

“Esperamos llevar a cabo (en estos países) operaciones comerciales de gran envergadura”, señala el directivo.

El mercado estratégico de Torsa es Latinoamérica, aunque la empresa podría desembarcar a principios de 2023 en Canadá y estudia su entrada en el continente africano, en países como Sudáfrica, Ghana o Costa de Marfil.

Rafael Córcoles subraya que el objetivo de Torsa, que también tiene entre sus clientes a la multinacional anglosuiza Glencore, otro de los gigantes del sector, es “crecer despacio, pero de forma sólida”, “asentando la tecnología y primando la calidad del servicio”.

Una treintena de ingeniero desarrollan tecnología punta andaluza desde Torsa. EFE/Zapata

Tecnología “Made in” Málaga

El ejecutivo recuerda que Torsa desarrolla toda su tecnología en Málaga, donde también se fabrican los dispositivos.

Ello les permite controlar todo el proceso y responder con mayor agilidad a las necesidades de los clientes, pese a que los costes son mayores.

Torsa cuenta con un equipo de una treintena de ingenieros y su objetivo es triplicar la plantilla en un plazo de tres años, hasta alcanzar los 90.

“El reto es cómo llegar a esta cifra, a menudo los planes de crecimiento no se adaptan a la realidad”, precisa Córcoles, que reconoce la dificultad que tiene esta empresa tecnológica para reclutar y retener talento, una problemática común en todo el sector.

La expansión de Torsa hará necesaria también una ampliación de sus instalaciones en el Málaga TechPark.

La firma ya ha iniciado los trámites para construir una nueva planta de 2.000 metros cuadrados justo detrás de su actual sede, en unos terrenos destinados actualmente a aparcamiento.

La idea es que las nuevas instalaciones estén operativas a finales de 2024. EFE

Edición web: Violeta Gil