Antonio Banderas (c) y Emilio Aragón (arriba 5d) posando con los actores durante la presentación en Málaga del espectáculo "Godspell". EFE/ Jorge Zapata

Vuelve el musical “Godspell”, con los principios del cristianismo de forma laica

Málaga (EFE).- Antonio Banderas y Emilio Aragón definen como “el comienzo de una bonita amistad” su asociación para coproducir “Godspell”, un musical que, según el actor malagueño, “no es una obra religiosa”, ya que “recupera los principios del cristianismo, pero de una forma casi laica”.

Banderas y Aragón han presentado este lunes un avance del espectáculo que se estrenará el próximo 3 de noviembre en el Teatro del Soho de Málaga, una adaptación del clásico de Broadway creado originalmente por John-Michael Tebelak y Stephen Schwartz.

Para Banderas, este musical ofrece “una visión casi inocente, que contrasta con un mundo muy agresivo que vivimos en estos momentos”, y en el que “la palabra clave es energía, una energía muy positiva”.

Más allá de las creencias

Contiene, para el artífice del Teatro del Soho, “unos principios muy universales no solo de una religión, sino de muchas religiones, y de una forma de pensar que va más allá de las creencias”.

Banderas vio “Godspell” por primera vez en el Teatro Cervantes de Málaga “en 1974 o 1975” y recuerda todavía “el color, la energía positiva y la forma de contar la Pasión de Cristo y sus enseñanzas de una forma que algunos pensarían incluso que era irreverente”.

Será la primera vez que el Soho estrene un musical sin Banderas, y al respecto este señala que “sería un éxito” comprobar que él no es “necesario” para que “el teatro funcione” y una muestra de que están “educando al público” y demostrándole que en este espacio ofrecen “calidad”.

Viaje emocional y artístico

Para Emilio Aragón, que dirige el espectáculo, “Godspell” ha sido “un viaje emocional y artístico” y “una experiencia única” de la que se lleva “una familia de compañeros y amigos” en el Soho, que “no tiene nada que envidiar a ningún teatro de Broadway o del West End”.

Aragón recuerda que el montaje original se estrenó “en la época de la guerra de Vietnam, cuando empieza la gente joven a protestar, a enfrentarse a los poderes, surgen muchos grupos de teatro independiente, el mayo del 68 y empieza una convulsión mundial en ese sentido”.

“Esto es un botón de muestra de ese sentir, de la época del amor, del ‘flower power’, de la época hippie, pero cincuenta años después lo podemos trasladar, con el hartazgo de la gente joven, Putin tirando bombas o el gas que te lo cobran a precio de oro, y todo eso hace olvidarnos de lo esencial, el amor, lo sencillo, ser generoso, ayudar al prójimo, cosas que van más allá de cualquier religión”, añade Aragón.

Nueva interpretación

Confiesa que el vodevil siempre le ha “encantado” y que esta obra tiene elementos de ese género y es como “un cajón de sastre” con el que han jugado a “abrirlo y revolverlo”.

“Cuando hay verdad sobre el escenario, eso se transmite. Hemos trabajado en un ambiente en el que todo ha sido trasparente, y no he sido un director de decir que había que hacer esto por el artículo 43. Si he hecho una propuesta, la he explicado y argumentado”, asegura Emilio Aragón.

Presentación hoy lunes en Málaga del espectáculo “Godspell”, una adaptación de Antonio Banderas y Emilio Aragón. EFE Jorge Zapata

Sobre la fidelidad al montaje original, desvela que, poco antes de comenzar los ensayos, tuvo una videoconferencia con Stephen Schwartz y este no solo le dio “manga ancha”, sino que cuando le planteó algún cambio en el arranque de la obra, le animó a que lo modificara completamente e hiciera lo que quisiera.

“Lo que se interpreta es nuevo totalmente. Ellos animan a que no haya un ‘Godspell’ parecido a los anteriores, y eso es muy atractivo, porque lo que más me gusta es el papel en blanco”, afirma el director y coproductor. EFE

Edición web: Fátima Santos