Fachada del edificio de la Delegación de Defensa donde el Tribunal Militar Territorial Segundo, con sede en Sevilla, acoge la vista oral contra un sargento acusado por la muerte de un legionario de 22 años en unos ejercicios en Agost (Alicante). EFE/José Manuel Vidal

Sargento niega que matara a un legionario en maniobras en Alicante

Sevilla, (EFE).- El sargento acusado de causar la muerte con un disparo a un legionario de la 6ª Compañía de la VII Bandera del Tercio de Don Juan de Austria durante un ejercicio con fuego real en Agost (Alicante) ha negado haber disparado durante las maniobras en las que murió el joven de 21 años Alejandro Jiménez Cruz en marzo de 2019.

En su declaración ante la juez militar en el Tribunal Militar Territorial Segundo, con sede en Sevilla, el sargento Guil Pérez ha rechazado las penas que tanto la Fiscalía como las acusaciones particulares han pedido.

Ha mantenido que la decisión de establecer un “nuevo objetivo” cuando finaliza el ejercicio se improvisó y que no recibió órdenes de sus superiores para que se hiciera.

Para el sargento, la Fiscalía pide penas que suman siete años y cinco meses de prisión por un delito contra la eficacia del servicio, dos delitos de abuso de autoridad y uno de obstrucción de la justicia.

Un ejercicio “básico”

La defensa del acusado ha pedido además que se declare la “nulidad de las pruebas” presentadas por “fallos en la cadena de custodia” del rifle con el que el Sargento disparó al legionario, un rifle que, según los letrados, ha podido sufrir una “alteración” al no presentar todas las piezas del mismo “el mismo número de serie”.

En este sentido, la defensa considera que las pruebas “no reúnen las condiciones de certeza y seguridad para que ser pruebas válidas” y que en la reconstrucción de los hechos, “sólo se tuvo en cuenta lo sucedido en la parte izquierda del campo de tiro” donde falleció Alejandro.

El sargento, de 36 años y perteneciente al ejército desde el año 2007, ha apuntado que, previo a la realización de las maniobras, no especificó a los cuatro soldados a su cargo en el pelotón cómo se iba a desarrollar el ejercicio, que ha calificado como “básico”, ya que “es el sargento quien decide cuándo hacer fuego”.

Una vez consolidaron la posición tras abatir los cuatro blancos que se situaban en un merlón que dividía el campo de tiro, el Sargento acusado avisó de “un nuevo objetivo” con el grito “enemigo en la montaña”, algo que, ha confesado, decidió “sobre la marcha” y que no fue una orden del teniente encargado de supervisar el ejercicio.

El padre reclama que el sargento lo mató

Una vez finalizó ese segundo ejercicio, el sargento ha sostenido que se mantuvo “en pie” y que escuchó fuego pero no supo “quién tiraba”.

El sargento Guil, que asiste en primera instancia al soldado abatido, ha negado además que presionara a los otros tres soldados para que alterar sus declaraciones a la Guardia Civil.

Según el sargento, pide a los soldaos que sean “escuetos” y den “respuestas cortas” dada la “dureza” con la que se producen los interrogatorios, según ha denunciado.

El padre del soldado abatido, Juan José Jiménez, ha declarado a los medios durante un receso que ha tenido lugar en la sesión que el sargento Guil “miente” y que las pruebas periciales probarán su implicación en la muerte de su hijo. EFE