La cantaora Carmen Linares tras ser investida como 'doctora honoris causa' por la Universidad de Sevilla en un acto solemne celebrado este miércoles en el Paraninfo de esta Universidad donde ha ofrecido un discurso en el que ha afirmado que "el flamenco entró en la Universidad por derecho propio, como un arte que se justifica por sí solo" . EFE/ Raúl Caro.

Carmen Linares, el flamenco en la Universidad “por derecho propio”

Sevilla, (EFE).- La cantaora Carmen Linares ha sido investida ‘doctora honoris causa’ por la Universidad de Sevilla con un discurso en el que ha afirmado que “el flamenco entró en la Universidad por derecho propio, como un arte que se justifica por sí solo” y en el que ha efectuado un recorrido por la relación del flamenco con esta universidad.

“El interés de nuestros intelectuales por el flamenco ha llevado a que éste se estudie no solo en España sino también en numerosas universidades en el extranjero”, ha señalado la cantaora en su discurso, en el acto solemne celebrado en el Paraninfo de la Universidad, en el que ha interpretado cantando un poema de Manuel Machado y al que han asistido Miguel Poveda y Arcángel, entre otros artistas.

A Manuel Machado, que fue testigo de la boda de sus suegros, se ha referido Carmen Linares en varias ocasiones por sus conexiones con el cante flamenco y porque “muchas de sus letras circulan desde hace muchos años en el repertorio clásico de los flamencos de ley, desde Antonio Mairena a Enrique Morente”.

La cantaora ha enumerado a los principales cantaores que ha dado Sevilla porque, ha asegurado, “el cante de Sevilla por su calidad, variedad y maestría ha servido de enorme inspiración para numerosas generaciones posteriores de artistas que han seguido la línea de esos maestros conservando y renovando sus músicas y sus emociones”.

La primera universitaria de 1963

Linares ha recordado que en 1963 se celebró en la Universidad de Sevilla la primera semana universitaria del flamenco con la presencia extraordinaria entre las autoridades de Pastora Pavón ‘La Niña de los Peines’ junto a su marido, el cantaor Pepe Pinto, un hecho que Antonio Mairena, que estuvo presente, recordó así:

“El hecho no tenía precedentes. Yo sentí que allí se completaban los sueños de mi vida artística en cuanto al reconocimiento cultural del cante y del cantaor y, por más, de la gran cantaora Pastora Pavón. El cante había entrado en la universidad”.

También ha recordado que nueve años más tarde, en 1972, Pepe Marchena dio en esta misma universidad una conferencia ilustrada con su cante, por lo que ha asegurado que “si hay un lugar que se esfuerza en mantener la integridad del flamenco a través de sus valores tradicionales y a su evolución razonable es la universidad”.

Carmen Linares ha descrito el flamenco como “un arte andaluz universal” y ha asegurado que para los artistas flamencos “es muy importante contar con una institución como la universidad para engrandecer el arte flamenco a través de la educación universitaria porque el flamenco es una de las mejores músicas del mundo” y “un arte con mayúsculas”.

La cantaora ha concluido con un llamamiento para que las instituciones protejan “este arte que es universal” y afirmando: “Yo he dado mi vida por el flamenco pero el flamenco me lo ha devuelto con creces”.

Rescate del cante de maestras

La presentación de Carmen Linares ha corrido a cargo de la catedrática de Antropología Social de la Universidad de Sevilla Cristina Cruces quien ha destacado el disco, del que se ha cumplido hace poco el vigésimo aniversario, “Antología (La mujer en el cante)” que la propia Carmen Linares, en un encuentro esta mañana con periodistas, ha señalado como el más importante de los suyos.

Aquel disco supuso un rescate del cante de maestras la Mejorana, Rosa ‘La Papera’, Rosario ‘la del Colorao’, Tía Marina Habichuela, La Conejilla, María Limón, la Repompa, la Serneta, la Juanaca, la Roezna, Jilica de Marchena y tantas otras cantaoras que, según la profesora Cruces, “fueron grandes en un arte como el flamenco que, con desmedido ahínco, se aficionó a escorar el pulso de las profesionales que lo fueron y el latido de tantas que no pudieron llegar a hacerlo”. EFE