Esther Gómez I Marbella (Málaga), (EFE).- Crear una red de estaciones submarinas para explorar y poder llevar a turistas a las profundidades de los mares es el sueño del nieto del mítico comandante francés Jacques Cousteau, Fabien, que prevé instalar la primera de estas plataformas a finales de 2026 o principios de 2027.
El director de colaboraciones del proyecto Proteus, Gary Rosewell, ha desvelado a EFE que, aunque la iniciativa está aún en una fase inicial, se ha realizado “un gran trabajo durante los últimos dos años, los cimientos están puestos”. Cuentan con los socios comerciales, el equipo está organizado y ya han empezado con la formación.
Ahora ha llegado el momento de pasar a la siguiente fase y comenzar con la construcción de la primera estación internacional subacuática. Que se ubicará en la isla de Curasao, en el Caribe, y que esperan esté operativa dentro de unos tres años.
La plataforma, que funcionará con energías renovables como la eólica y la solar, contará con un centro de datos, habitaciones, despachos. Laboratorios, una instalación de producción de vídeo para la retransmisión en directo de investigaciones científicas, similar a la de la estación espacial de la NASA. Y hasta con un invernadero submarino.
Curasao es un enclave de gran importancia desde el punto de vista medioambiental. Porque en esta isla está uno de los pocos arrecifes de coral que sigue creciendo. A pesar de los muchos impactos negativos que ha sufrido el entorno. Por lo que están muy interesados en estudiarla.
Plataformas submarinas
Tras atravesar el arrecife de coral de Curasao, un claro ejemplo de resiliencia y de éxito, hay una gran caída que desciende directamente hasta el océano profundo. Y es ahí donde pretenden colocar la segunda de estas estaciones subacuáticas, apunta Rosewell.

Se trata de plataformas estáticas, diseñadas para que permanezcan bajo el agua mucho tiempo. Y se fundan con el entorno con idea de causar el menor impacto posible en el ecosistema en el que se instalen, recalca. Por lo que una vez colocadas no está previsto cambiarlas de ubicación.
Ahora están concentrados en las dos primeras estaciones que estarán en el Caribe. Pero ya tienen la mirada puesta en otros enclaves submarinos como el Océano Pacífico, el Mar Rojo o el mismo Mediterráneo. Si bien es algo que aún está por determinar.
Colocar la plataforma bajo el mar es casi como lanzar un cohete al espacio, explica este responsable del proyecto Proteus. Y para ello hay que tener en consideración no solo el punto de lanzamiento idóneo. Sino también el mejor momento para hacerlo y contar con el equipo profesional más adecuado.
En cuanto a quiénes serán los viajeros que participen en la primera misión de Proteus, sin duda Fabien Cousteau estará entre ellos comandándola, confirma Rosewell. Y junto a él un grupo de investigadores que ya han empezado a seleccionar.
Los primeros en bajar, los científicos
“Hay mucha urgencia por investigar”, así que los científicos serán los primeros en visitar esta plataforma. Pero como la red Proteus va a necesitar financiación, la idea es invitar también a bajar a empresas y particulares.
Si bien no está claro cuál será el precio del billete, lo que sí se sabe es que los futuros turistas deberán cumplir con unos requisitos mínimos, como por ejemplo tener experiencia como buceadores y pasar una formación muy completa tanto a nivel teórico como físico y mental.
Hay que tener en cuenta que estos viajeros, más allá de su curiosidad por los ecosistemas submarinos, tendrán que estar preparados para pasar entre cinco y siete días viviendo bajo el mar, confinados en un espacio cerrado con las limitaciones que ello supone, subraya Rosewell.
Fabien Cousteau, como antes lo hiciera su abuelo, quiere mostrar la vida marina al mundo y pretende evitar que esta sea una experiencia al alcance únicamente de unos pocos que se lo puedan permitir, señala Rosewell, por lo que lo que ocurra en la estación subacuática se podrá seguir desde los monitores que se instalarán en un museo abierto al público en la superficie.
Tras la tragedia del Titán
Después de la catástrofe del Titán, el batiscafo experimental operado por OceanGate que el pasado 18 de junio implosionó con cinco personas a bordo cuando descendía a las profundidades del Atlántico Norte para ver los restos del Titanic, hay cierta preocupación entre investigadores, acuanautas y viajeros por este tipo de experiencias submarinas.
“Este es un entorno extremo y existen riesgos, pero los profesionales comprenden esto completamente y están preparados para ello”, comentaba el propio Fabien Cousteau durante su intervención en la cumbre sobre turismo espacial y subacuático celebrada recientemente en el campus marbellí de la escuela suiza de dirección hotelera Les Roches.
“Pero esos riesgos no deben ser nunca asumidos por los ciudadanos o los turistas y menos en plataformas que no están certificadas y que son experimentales”, señalaba al respecto, a la vez que ponía el acento en que para el proyecto Proteus han reforzado sus protocolos para poder “explorar el mundo oceánico de manera relativamente segura”. EFE