Alfredo Valenzuela I Sevilla, (EFE).- El coro del sevillano Teatro de la Maestranza, especializado en el repertorio lírico, siempre contó en sus más de treinta años de historia con el respaldo del público y la bendición de la crítica pero desde que una inspección de trabajo lo consideró una formación profesional ha tenido que dejar de contar con casi la mitad de sus miembros, por ser funcionarios.
Esta incompatilidad laboral la han vivido algunos de los coristas que también son funcionarios de la Administración -en su mayoría profesores, algunos incluso de canto- como un auténtico quebranto, más sentimental que económico. Ya que en el mejor de los casos e interviniendo en todas las actuaciones de la temporada no llegarían a percibir ni 4.000 euros al año.
Así lo han calculado para EFE miembros del coro. Que, afectados por esta incompatibilidad, prefieren permanecer en el anonimato. Aunque sin dejar de denunciar el perjuicio que esta situación acarrea para los aficionados a la ópera. Y para la gestión del teatro sevillano, obligados a reforzar las audiciones en busca de nuevas voces que suplan a las más veteranas.
Denuncia de un miembro del coro
Hasta septiembre de 2021 el coro funcionaba a través de una asociación, a la que el Maestranza pagaba por sus actuaciones. Y esta entidad pagaba a su vez a cada uno de los coristas. Pero en ese fecha una denuncia -tal vez de un miembro del coro que aspiraba a cotizar a la Seguridad Social por sus actuaciones- ante la Inspección de Trabajo derivó en la consideración del coro como tal agrupación profesional.
Lo que cada corista percibe desde entonces es el sueldo mínimo interprofesional por cada día que entra en el teatro. Lo cual, incluyendo las actuaciones con público deben suponerle unos ingresos de entre 800 y 1.300 euros por cada ópera representada. Y las consiguientes cotizaciones correspondientes a esa cantidad, según los cálculos efectuados a EFE por los afectados.
Como se dice en el lenguaje común, algo que “no está pagado” si no es por la mera afición y la satisfacción artística que suponen estas actuaciones. Algunas de ellas junto a grandes figuras de la escena lírica. Ya que es una afición -ahora una profesión- que requiere un elevado compromiso y disponibilidad. Además de muchas horas de estudio para aprenderse un libreto de memoria.
Las fuentes han señalado que a aquella denuncia inicial de hace casi tres años ha sucedido otra ahora. Motivada por la suspicacia -o por la certeza- de que algún funcionario haya permanecido emboscado entre las filas del coro. Pese a lo tajante de la ley de incompatibilidades.
Coro con menos voces
Estas denuncias han provocado, según estos antiguos miembros del coro, que algunas producciones se afronten con un coro integrado por menos voces de las que la obra requiere. Un extremo negado por los responsables de Contratación del Teatro de la Maestranza.
Desde ese negociado del teatro se ha asegurado a EFE que eso no se va a permitir que suceda. Y que, por eso mismo, se han redoblado las audiciones y se están seleccionando nuevas voces. Afortunadamente la cantera del coro de la Maestranza es amplia y muy numerosos los aspirantes a integrar sus filas.
Si han admitido que este coro es “una formación ‘amateur’ profesionalizada a la fuerza”. Y que, por el expurgo que ha supuesto la salida de los cantantes que también eran funcionarios, ahora “queda un trabajo por hacer”. Redoblando las audiciones para seleccionar nuevas voces y no comprometer producciones como “Nabuco”, prevista para junio. Y que requiere de un coro bien nutrido, de un mínimo de 60 ó 70 voces.
“Antes estábamos más cómodos y ahora hay que hacer más audiciones”, han admitido en Contratación, mientras que los afectados por las incompatibilidades piensan que, con estas denuncias ante la Inspección de Trabajo, algún compañero de la formación “ha dado el cante”. EFE
