Rosa Fernández, presidenta de ADISOB, trabaja en la sede de la asociación apoyada en un bastón que le ayuda a caminar tras verse afectada por una discapacidad sobrevenida. EFE/Sara Morato

La discapacidad sobrevenida, confusa para quienes la sufren e ignorada por la sociedad

Sara Morato I Sevilla, (EFE).- Cuando un cáncer de mama asoló la vida de Rosa con veintiséis años y los tratamientos oncológicos desgastaron su tejido óseo y dejaron la parte inferior de su cuerpo paralizada, se vio obligada a enfrentar una discapacidad sobrevenida, un término que, asegura, está “invisibilizado” y padece una grave carencia de apoyo social que causa confusión a los afectados.

Fruto de esta falta de apoyo y referentes para afrontar la discapacidad sobrevenida tras una enfermedad o un accidente surge ADISOB. La primera Asociación de Discapacidad Sobrevenida en Andalucía creada por y para personas en esta situación. Que lucha contra la exclusión social y por la incorporación laboral de las personas con discapacidad.

ADISOB nació hace un año con el objetivo de suavizar el impacto que una nueva discapacidad tiene en la vida familiar, personal y laboral de los afectados. Y acoge a personas con discapacidad sensorial, trastorno mental, discapacidad física o intelectual. Y con trastornos neuronales o enfermedades raras ofreciéndoles un “abrazo físico y emocional”.

“Regenerar” la vida

En una entrevista con EFE la presidenta de la asociación, Rosa Fernández, ha explicado que el proyecto nace de la sensación de carencia. Ademas de falta de apoyo e información que detectó, junto a otros afectados, al intentar buscar salida a una situación que le impedía continuar con su vida tal y como la conocía antes de su enfermedad.

“La mayoría de las personas que llegan a la asociación están totalmente destrozadas y muy confusas. No tienen información y a veces ni siquiera saben interpretar el informe de inspección médica que valora su discapacidad”, ha explicado Fernández.

ADISOB ofrece a estas personas un equipo multidisciplinar formado por psicólogos y psicopedagogos. A través de una atención personalizada que prioriza la “regeneración” de la vida de la persona y favorece la aceptación de la discapacidad. Lo que, en palabras de Fernández, es “lo más difícil a nivel personal” de la discapacidad sobrevenida.

Gabriel González, afectado por la discapacidad sobrevenida tras la amputación de un dedo derivada de la diabetes que sufre y que limitó su movilidad, encontró en la asociación “refugio y comprensión”. Aunque denuncia que no pudo volver a su anterior trabajo como educador social al recibir la incapacidad total permantente. A pesar de que se encuentra “preparado” para retomar su vida laboral.

La “lotería” de la incapacidad total

Una de las reclamaciones que realizan desde la asociación es la falta de oportunidades laborales que existen para las personas con discapacidad sobrevenida, que encuentran grandes dificultades al intentar volver a su puesto de trabajo anterior y se ven limitadas en sus opciones de reinserción laboral, lo que también afecta a su reinserción social, según explican desde ADISOB.

Otro aspectos que destacan es la desestructuración familiar que suele conllevar la discapacidad sobrevenida. “Tu vida se rompe y también la de tu familia. Hace unos meses tenías una vida como la de cualquiera y de repente tu mundo se viene abajo. Es difícil para las familias llegar a la aceptación de la enfermedad y la atención que será necesaria para sobrellevarla”, ha narrado Fernández.

Reclaman a las administraciones responsables la creación de un baremo que configure una guía para poder establecer de manera justa el grado de incapacidad y la posibilidad que cada persona tiene para poder reincorporarse al mundo laboral pues, aseguran, a día de hoy la valoración de la incapacidad es una cuestión “subjetiva” y casi una “lotería”. EFE