Córdoba (EFE).- El sector agroganadero andaluz cierra un 2025 positivo en términos económicos, con superávit en su balanza comercial gracias al aumento en las exportaciones y una recuperación en la producción gracias al alivio de las lluvias, si bien la nueva negociación de la futura Política Agraria Común (PAC) y las alertas sobre la salud animal aumentan la incertidumbre para el nuevo año.
El buen año hidrológico, con lluvias registradas en primavera y otoño que dieron un respiro a los cultivos ante la sequía prolongada, ha permitido a la agricultura recuperar rendimientos perdidos en años anteriores, aunque los mercados se han mostrado inestables debido principalmente a los aranceles, que amenazan a la rentabilidad para las próximas campañas.
Principalmente al sector ganadero, que ha sido el que más ha sufrido en el cierre de este 2025 debido a las tasas internacionales y a los casos de alertas sanitarias por la presencia de la gripe aviar en las explotaciones avícolas y la proliferación de la lengua azul, mientras que se mantiene a la expectativa respecto a la peste porcina, sin presencia por el momento en Andalucía.
La arquitectura de la PAC
Y en el aspecto regulatorio, aunque las modificaciones y simplificaciones introducidas en las normas de la PAC de 2023-2027 para reducir la carga burocrática y administrativa para agricultores y ganaderos han supuesto un alivio para el sector, la negociación que ya se abre para el nuevo marco comunitario centrará la línea de acción y movilización de las organizaciones agrarias para el próximo año.
«Partimos de una propuesta que no satisface absolutamente a nadie», ha expuesto a EFE el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), Cristóbal Cano, quien ha considerado esencial «un mayor presupuesto» y «mantener la arquitectura de la PAC» en la que las normas «sean para todos iguales».
La gran manifestación protagonizada por el sector en Bruselas a mediados de diciembre, con miles de tractores recorriendo las calles de la capital comunitaria, es el «inicio» de la campaña de «presión» y «movilización» que se espera para este año, ha advertido Cano, que ha considerado necesario «un cambio en la orientación política» de la futura normativa.
Además, ha considerado «urgente» el desarrollo y la aprobación de la ley de Agricultura y Ganadería Familiar debido a que «la legislatura encara su recta final» y se trata de una normativa «de futuro» que «tiene que ir en consonancia con la nueva PAC» y propiciar la «incorporación de los jóvenes al sector».
Las crisis sanitarias
Pero una de las grandes preocupaciones del sector, principalmente del ganadero, son las «crisis sanitarias» que se están viviendo, desde «la lengua azul, la influencia aviar, la dermatosis nodular o la peste porcina africana», unas enfermedades «exclusivamente ganaderas» y que «en ningún caso afectan a la salud humana», ha recordado Cano.
«Ese mensaje tiene que tenerlo claro el consumidor, que no afecta a su salud», ha añadido el líder de UPA, quien ha resaltado que el sector colabora «al máximo con las administraciones en reforzar todo lo que es la seguridad animal», mientras que ha puesto el foco en lo relativo a la prevención y seguir trabajando en «los planes de vacunación, de contención y de erradicación».
«Estamos hablando de sectores tan importantes como el porcino, donde España somos líderes, o un sector eminentemente exportador como es el del vacuno de carne», ha añadido Cano, quien ha reconocido, no obstante, que están «preocupados» ante la posibilidad de que estas circunstancias puedan afectar a unos precios que se han mantenido positivos durante todo el año. EFE
