Zaragoza (EFE).- El Estatuto de Autonomía de Aragón, promulgado en 1982 y reformado en 1994, 1996, 2007 y 2022, es una “historia de éxito” con vocación de ser el germen del futuro de una comunidad que, con esta su propia Cara Magna, está en condiciones de “marcar una pauta” al resto de España en lo que respecta al modelo de entender la política, el territorio y la propia Constitución.
Es la conclusión que saca el actual presidente aragonés, Javier Lambám, del proceso autonomista de Aragón, que cumple su cuadragésimo aniversario y cuyo Parlamento ha organizado este viernes un acto de homenaje a los ponentes de la primera redacción y de las sucesivas reformas, la más importante la de 2007, la que puso a la comunidad “a la vanguardia” entre el resto de regiones.
Veintiséis hombres y mujeres que han recogido un recuerdo de manos del presidente de las Cortes, Javier Sada, quien ha resaltado de ellos en el acto de homenaje que siempre han sido fieles a los valores de pacto y lealtad que han teñido la política aragonesa.
Especialmente emotiva ha sido la entrega de la pequeña escultura a los hijos de los tres diputados fallecidos: Chesús Bernal, Juan Antonio Bolea y Mesías Gimeno.
Orfebres de un joya política y moral
“Brillantísimos parlamentarios” y “orfebres de una verdadera joya política y moral”, según Lambán, que redactaron y reformaron un Estatuto que desde 2007 incorpora preceptos que luego, por ejemplo, Cataluña intentó incorporar al suyo y que el Tribunal Constitucional “echó por tierra”.
Por eso, es “difícil” mejorar un Estatuto que para Lambán es una pista “anchurosa” que Aragón está “aprovechando bien” desde “el pacto, el acuerdo, la moderación, la centralidad y la transversalidad”.
Y estaría bien, ha agregado, trasladar “esa lección” al resto del país. “En un momento de derivas poco convenientes para la democracia, Aragón tiene que exportar su modelo”, ha insistido el presidente de la comunidad.
También ha pedido autocrítica y compromiso a los representantes políticos para acometer retos pendientes relacionados con el Título VIII de la Constitución, el que tiene que ver con la organización territorial del Estado.
Entre ellos, según ha detallado, avanzar en el reconocimiento oficial de algo que ya sucede de facto, que España sea un país federal, pero también reformar el Senado para que sea una verdadera cámara de representación territorial y que, de este modo, las autonomías puedan alcanzar su “mayoría de edad definitiva”.
Autogobierno rigurosamente constitucional
El acto de homenaje, al que han asistido un centenar de invitados, entre ellos los expresidentes del Gobierno y de las Cortes, lo decidió la Mesa de las Cortes en reconocimiento a los políticos que contribuyeron a alcanzar un autogobierno “fuerte y rigurosamente respetuoso con el orden constitucional y vinculado con la política del pacto y el acuerdo”.
La resolución de la Mesa agrega que en un mundo político de “confrontación”, las Cortes de Aragón, de composición “tan compleja”, son capaces del acercamiento y el pluralismo “nunca ha obstaculizado los acuerdos”.
Para Javier Sada, tres son las grandes virtudes del Estatuto de Autonomía: dar garantía de continuidad a las instituciones históricas y del derecho foral, promover unos servicios públicos adaptados a la realidad aragonesa y conceder fortaleza a las instituciones y a la ciudadanía para impulsar su desarrollo.
Pero es necesario, ha agregado, afrontar “con valentía” nuevos retos, como avanzar en la clarificación competencial para evitar conflictos; lograr una financiación estable y suficiente para prestar unos servicios de calidad; crear un mecanismo de cooperación entre comunidades que ahora se lleva a cabo “más por voluntad de las partes” que por la existencia de foros, y participar en la cogobernanza del país para que Aragón pueda participar en la toma de decisiones.
El acto, que ha concluido con el Himno de Aragón, ha contado con una actuación musical de guitarra en la que se han interpretado fragmentos de canciones de José Antonio Labordeta, Joaquín Carbonell y La Bullonera.
