Santa Cruz de Tenerife (EFE).- Los obispos de las diócesis de Canarias, José Manuelos, y Nivariense, Bernardo Álvarez, ha hecho pública una carta pastoral conjunta en la que piden a los miembros de vida consagrada del archipiélago canario que pongan en marcha “corredores de hospitalidad” para migrantes y refugiados.
Con motivo de la jornada mundial de Migrante y Refugiado, el 25 de septiembre, los dos obispos de Canarias señalan que las islas forman parte de la frontera sur de Europa a la que llegan “permanentemente multitud de frágiles embarcaciones, cargadas de migrantes que se arriesgan buscando, con desesperación la paz y el bienestar que les falta en sus países de origen”.
Muchas de esas personas “mueren en el intento y nuestras costas se convierten en cementerios, frustrando sueños e ilusiones de tantos niños, jóvenes y adultos, que son tragados por las aguas de este inmenso Océano”, añaden José Mazuelos y Bernardo Álvarez.
Según sus datos son más de 1.000 personas desaparecidas en lo que va de año, y el “espectáculo es siempre dantesco y normalmente despierta el dolor y la solidaridad de los hombres y mujeres de buena voluntad”.
Los obispos comentan que el pasado abril tuvo lugar el encuentro de delegados y voluntarios de Pastoral Migratoria de todas las Diócesis de España, convocados por la subsecretaría de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española.
Entre otras conclusiones a las que se llegó por unanimidad fue la de poner en marcha “corredores de hospitalidad” y facilitar entre todas las organizaciones de la Iglesia “el tránsito de nuestros hermanos migrantes, para evitar su hacinamiento en las islas, intentando colaborar con nuestras instituciones públicas que, a veces, tienen dificultad para hacerlo efectivo”.
En las diócesis Canariense y Nivariense no quieren permanecer en silencio ni ponerse de perfil y destacan que “no podemos permanecer ajenos al dolor del hermano. El encuentro con el otro es también un encuentro con Cristo”.
Por ese motivo piden a las delegaciones de pastoral de Migraciones que elaboren un borrador de un posible proyecto que pueda ser presentado a la conferencia episcopal y que después pueda ser extendido al resto de las diócesis de España que quieran implementarlo.
Creen los obispos que “en las circunstancias actuales, puede ser un gesto muy elocuente dicha colaboración por parte de las comunidades de Vida Consagrada presente en las Islas Canarias, y opinan que sería un “buen gesto de ‘sinodalidad’ y una buena expresión de que estamos en medio de nuestro pueblo, participando de sus dolores, sufrimientos, y al lado de los más pobres y desfavorecidos, como hizo el Señor, que siempre manifestó una autentica predilección hacia ellos”.
Y confían las esperanzas de todos los emigrantes y refugiados y piden a todas las comunidades y colectivos sociales que acogen a migrantes y refugiados “para que les ayude a ser buenos samaritanos, viviendo el mandamiento del amor al prójimo”. EFE