La actriz Blanca Portillo comentó este jueves en rueda de prensa "Silencio", la obra de Juan Mayorga que protagonizará en el Teatro Cuyás los días 3 y 4 de febrero. EFE/ Elvira Urquijo A.

Blanca Portillo propone una invasión del escenario con el silencio como arma

Las Palmas de Gran Canaria (EFE).- La actriz Blanca Portillo propondrá al público grancanario una “invasión del escenario” con ella sola al frente de la “Silencio”, del dramaturgo Juan Mayorga, con la que espera superar “lo antiteatral” que puede resultar un monólogo este viernes y sábado en el Teatro Cuyás de Las Palmas.

En una rueda de prensa, la actriz ha asegurado este jueves que ha disfrutado mucho haciendo esta representación, que surgió como un proyecto pequeño que poder hacer durante la pandemia en teatros de Madrid y que ha convertido en algo más grande.

Con “Silencio”, Mayorga rememora cómo en su discurso de ingreso a la Real Academia Española “especulaba con la fantasía de que quien lo estuviera pronunciando no fuese su autor, sino un actor que me representase”.

“No es fácil llevar a escena los monólogos. Siempre son complicados y necesitan un sostén para que aguanten, especialmente en un texto complejo como el de Juan, que encima es un discurso, lo más antiteatral”, ha ahondado Portillo, que ha opinado que lo más “hermoso” del trabajo ha sido “convertirlo en un suceso teatral”.

La historia, ha dicho la actriz, va más allá de lo que cuenta el monólogo y ahonda en reflexiones sobre la vida, el teatro y el silencio, “en una especie de combate entre autor e intérprete”.

Es en esa batalla entre ella misma y el director, ha agregado, donde empiezan a surgir los conflictos que hilan la función y que, en su opinión, se ha convertido en un acto de amor al teatro y a la camaradería.

TRABAJAR CON MAYORGA

Mayorga es el mejor autor europeo vivo y mundial, en opinión de Blanca Portillo, que ha considerado una suerte puede discutir y trabajar en un artefacto como “Silencio” y ha dicho que trabajar con este dramaturgo es el equivalente a hacerlo con Lope de Vega.

“Es el espectador el protagonista de la obra. Intento que el participe de la historia y que cuando salga de ver la función vea el teatro de otra manera. El silencio del espectador es profundamente protagónico”, ha abundado la actriz madrileña.

Respecto a las referencias utilizadas para construir el monólogo, Portillo ha aludido a Charles Chaplin, especialmente en lo físico, Bódalo, López Vázquez o los Monty Python.

“A lo largo de la obra el monólogo va transformándose, el teatro va invadiendo el escenario. Lo que en principio es la sala de la Real Academia, donde todo es pulcro, limpio e inmóvil, se contrapone entonces con el teatro, que es pura vida y acaba fagocitando a la RAE”, ha detallado la actriz.

Ha añadido que le consta que a los académicos les suele gustar la obra, y que ya interpretó un trozo para ellos de media hora y “les encantó, les resultó muy divertido y gracioso”.

Al principio, ha continuado Portillo, le parecía una locura plantear una obra así que tiene trazas muy heterogéneas, “desde Bernarda Alba a Creonte”.

ATESORAR EL SILENCIO

Respecto al momento de la obra cuando todo se queda en silencio, y que se prolonga varios minutos, la actriz ha reconocido que han pasado muchas cosas, algunas un poco raras, pero que de momento “nadie se ha levantado y se ha ido”.

Entre las cosas que le han llamado la atención, ha apuntado, es el interés del público por atesorar y vivir el silencio en el momento, y lo reactivos que se vuelven cuando alguien o algo, generalmente un teléfono, rompe la quietud.

“Los silencios de la función se hacen cada vez más sólidos y la gente acepta el juego. Surgen además de manera natural, algunos están relacionados con cosas de la vida, otros surgen porque lo pide el escenario o el propio público. Valoro esa sensación de comunicación con la gente, pasan cosas muy bellas”, ha concluido la actriz. EFE