El teniente Javier Asencio, piloto de uno de los F-18 del Ala 15 del Ejército del Aire, con base en Zaragoza. EFE/ Elvira Urquijo A.

Los cazas, “caballos” del aire que son la joya de la corona del Ejército español

Christian Afonso |

Telde (Gran Canaria) (EFE).- La opinión general coincide en declarar que la joya de la corona del Ejército del Aire y del Espacio de España son sus cazas. Medio centenar de ellos ha realizado esta semana un ejercicio de adiestramiento en el espacio aéreo de Canarias en el que han participado cerca de mil militares, que consideran a estas aeronaves de combate como sus “caballos” del aire.

Trabajar con cazas como los F-18 o los Eurofighter requiere de una gran especialización por parte de los militares, que se preparan durante años para conocer los entresijos de estos aviones de combate, en una formación que, reconocen, no acaba nunca.

El teniente Javier Asencio es piloto de uno de los F-18 del Ala 15 del Ejército del Aire y del Espacio, con base en Zaragoza, y admite en declaraciones a EFE que el entrenamiento a todos los niveles consiste, sobre todo, en el “estudio, que hay que llevarlo día a día”.

Algo en lo que coincide el sargento Gonzalo Rubio, mecánico del Ala 12 del Ejército, que tiene su base en Torrejón de Ardoz (Madrid). “Al final, todas esas dificultades de estos aviones se combaten como todo en esta vida: estudiando, preparándose, leyéndose todos los manuales y estando completamente informado de cualquier acción de mantenimiento y modificación que haya que realizar sobre el avión”, remarca.

Para poder pilotar uno de estos aviones de combate, se tiene que culminar una formación en ingeniería de cinco años en la Academia del Ejército del Aire, tal y como tuvo que hacer el teniente Asencio, comenzando a volar diferentes aeronaves al tercer año. En base a su desempeño con cada una de ellas, se les asigna especialidad.

El sargento Gonzalo Rubio, durante los ejercicios Ocean Sky. EFE/Elvira Urquijo Á.

En el caso del sargento Rubio, él entró a través de una oposición a suboficiales del Ejército del Aire y especialidad en mantenimiento aeromecánico después de haber realizado un programa de Formación Profesional centrado en la mecánica de aeronaves. Una vez dentro de las Fuerzas Armadas, estuvo todo un año estudiando las especificaciones propias del F-18.

“A nivel de mecánico, cada sistema de armas es único, tiene sus características y es muy, muy diferente; por lo que para estar preparado para otro caza, necesitaría otro año de especialización para adquirir cierta autonomía en el trabajo”, explica.

Tanto es así que, reconoce, en el grupo de mecánicos bromean entre sí diciendo que sus aeronaves son como sus “caballos” debido a lo mucho que los cuidan para que todo vaya bien y evitar percances: “Considero que requiere más trabajo que un ser vivo, muchas horas de mantenimiento y muy bien realizado”.

Trabajo diario

El trabajo diario de los batallones aéreos como el Ala 12 y el Ala 15 es “muy intenso”, en palabras del teniente Asencio, puesto que las misiones que se realizan en cada vuelo se preparan con días de antelación, en el caso de la actividad normal, y tras las operaciones se sientan a analizar los datos obtenidos y sacar las conclusiones para mejorar.

En el caso del Ala 15 de Zaragoza, también se revisa a diario la información meteorológica de los aeropuertos.

En ejercicios como el adiestramiento y evaluación que han llevado a cabo en Canarias esta semana, el Ocean Sky 2023, todo es más inmediato, hasta el punto que preparan las misiones el mismo día en que vuelan, para intentar acercar lo máximo posible la realidad de una contienda bélica.

El teniente Javier Asencio (i) y el sargento Gonzalo Rubio (2d), mecánico del Ala 12 del Ejército, con otros/as pilotos .EFE/ Elvira Urquijo A.

“Aquí planeamos misiones que, realmente, en nuestro trabajo en la península no somos capaces (de llevar a cabo) debido a que no tenemos ni tantos aviones, ni tanto espacio”, detalla a este respecto el piloto de F-18 del Ala 15.

En cuanto al trabajo de los mecánicos, el sargento Rubio señala que en misiones como la Ocean Sky 2023 se viven situaciones más parecidas a las propias de la guerra, adiestrándoles para preparar aviones “de forma más rápida e imprevisible”, en un entrenamiento que hacen “para la vida exterior real”.

Sobre el hecho de participar con otros países -este ejercicio en Canarias ha reunido a militares de Portugal, Grecia, Turquía, Italia y Francia-, el mecánico del Ala 12 del Ejército asegura que es necesario “porque al fin y al cabo somos aliados y debemos tener cierta cooperación”, pero que más allá de eso, ni se comparten datos, ni se intercambia información sobre el trabajo de cada ejército, que es “más individualizado”.