La consejera de Bienestar Social e Igualdad de Canarias, Candelaria Delgado (d), la directora del Instituto Canario de Igualdad (ICI), Ana Brito (2i), la jueza experta en violencia de género, María Auxiliadora Díaz (i), y el abogado especialista en igualdad, Pablo Hurtado (2d), participan este viernes en una rueda de prensa para presentar los resultados de las jornadas “Protocolo de acoso y la violencia de género en la era digital: hacia entornos laborales seguros” que han tenido lugar en durante los últimos meses por todas las islas de archipiélago. EFE/Alberto Valdés

El Gobierno canario forma a empresas y empleados para dar mayor visibilidad al acoso y la violencia machista

Santa Cruz de Tenerife (EFE).- El Instituto Canario de Igualdad (ICI) ha presentado este viernes las conclusiones de unas jornadas realizadas en empresas de todo el archipiélago sobre los protocolos de actuación ante situaciones de acoso o violencia por razón de género en el ámbito laboral, donde han constatado la poca visibilidad que tienen estos hechos y el amplio desconocimiento de las conductas inapropiadas.

Los resultados de este trabajo de campo, que han contado con la participación de más de 600 empleadores y empleados, han sido presentados por la consejera de Bienestar Social e Igualdad, Candelaria Delgado, la directora del ICI, Ana Brito, la jueza experta en violencia de género, María Auxiliadora Díaz, y el abogado especialista en igualdad, Pablo Hurtado.

Delgado ha explicado que el objetivo de estas jornadas ha sido “crear entornos laborales seguros” y “visibilizar la existencia de estas agresiones hacia las mujeres” en sus puestos de trabajo, así como recordar la obligación de las empresas de contar con protocolos adecuados para proteger a las víctimas y prevenir este tipo de hechos que “desafortunadamente son más comunes” de lo que se piensa.

En este sentido, Díaz ha destacado la importancia de establecer con claridad “qué tipos de conductas son tolerables” y cuales constituyen “un acto de violencia de género”, porque muchos de ellos se encuentran “totalmente toleradas por la sociedad”, lo que provoca que “no haya denuncias” y por lo tanto no existan datos sobre el número de víctimas.

A lo que ha añadido la complejidad que suponen las presiones que sufren las mujeres que son víctimas de acoso sexual, que no solamente tienen que ver con sus superiores, sino también con el denominado “acoso sexual ambiental”, es decir, la presión que sufren desde todo el entorno laboral y que se traduce en la estigmatización.

“Los ejemplos típicos son las bromas, cuando te dicen qué guapa vas o qué guapa estas (…) qué bien te quedan esos pantalones o qué guapa te encuentras hoy. Ese tipo de actos, si se mantienen de forma reiterada y constante pueden dar lugar a que efectivamente se produzca un acoso sexual que provoca daño”, ha indicado la jueza.

En definitiva, ha continuado, no solo se consideran dentro de este apartado la “solicitud de favores de carácter sexual”, sino que existen muchas más manifestaciones, como son “relegar de determinadas funciones” a las trabajadoras si no “acceden a la voluntad” del acosador.

Por su parte, Hurtado ha señalado que los protocolos son obligatorios para todas las empresas sin importar “el número de trabajadores”, por lo que han explicado a las mismas “qué es el acoso, cómo funciona y los procedimientos” necesarios para denunciarlos.

Como novedad, ha continuado, este año han hecho especial hincapié en la dimensión digital de este fenómeno, con el creciente uso del teletrabajo a raíz de la pandemia, que se ha “disparado” durante los últimos años.

La consejera de Bienestar Social ha recalcado que desde el actual gobierno el “respecto al bienes de las mujeres es máximo” y ha indicado que durante los días 16 y 17 de diciembre se celebrará el XIX Encuentro Regional de la Red Canaria de Servicios y Centros de Atención a las Mujeres Víctimas de Violencia de Género, promovido por el ICI, donde se presentará el libro “Abordaje de tercera generación en violencia de género”.

Cuyo objetivo, ha concluido Brito, servirá para “crear un espacio común” donde las profesionales de los diferentes recursos de atención que se coordinan desde el ICI “puedan hacer una parada de reflexión, intercambio de experiencias, autocuidado y puesta en común de cuestiones que les afectan por igual”, así como aportar propuestas, recibir información y reciclarse en su cualificación. EFE