Niños y mayores ataviados con ropa de finales del siglo XIX harán retornar a los indianos, como Ramón de Pelayo, marqués de Valdecilla, en cuya finca se rememora esa historia. EFE/Celia Agüero

Recordando a los indianos y al insigne marqués

Valdecilla, (EFE).- Niños y mayores ataviados con ropa de finales del siglo XIX harán retornar a los indianos que volvían a España en aquella época, como Ramón de Pelayo, marqués de Valdecilla, en cuya finca se rememora esa historia, para así no olvidar la figura de este mecenas.

La finca del Marqués de Valdecilla, en el pueblo del mismo nombre en Medio Cudeyo, acoge una gran fiesta de recreación histórica.

A través de diferentes obras teatrales, esta fiesta busca dar vida y conocer la historia y cultura de los indianos.

Se trata de un homenaje a quienes se aventuraron en la búsqueda de una mejor vida y regresaron con mayor o menor fortuna.

Según recoge la Real Academia Española, el indiano es el español que emigró a América en busca de fortuna y volvió rico como los cientos de asturianos, gallegos o cántabros que, entre finales del siglo XIX y principios del XX, emigraron para después regresar con grandes fortunas.

Ramón Pelayo

Y eso hizo Ramón Pelayo de la Torriente (1850-1932), más conocido como el Marqués de Valdecilla.

Fue hijo de un modesto comerciante de Medio Cudeyo, que emigró, hizo fortuna en Cuba y regresó a Cantabria.

En su región impulsó distintas iniciativas de carácter social, aunque sin duda, la más emblemática fue la Casa de Salud de Santander que es, actualmente, el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla.

En la finca donde residió este noble, a unos 20 kilómetros de la capital cántabra, se hacen representaciones teatrales para recordar la época de indiano.

Teatro y homenaje

El director teatral de estas obras, Fernando Rebanal, explica a EFE que también hay un homenaje a las empleadas del hogar de principios del siglo XX con “La marmota”, el nombre que recibían, así como “El primo”, una obra ambientada en los Baños de Ola.

Además, se ponen en escena otros recuerdos de la época con las representaciones tituladas “Metiendo la pata” o “Amor de muñecos”.

“Este año hemos reducido el espacio-tiempo y está ambientada en 1913, aprovechando la inauguración de las escuelas que financió Ramón Pelayo y que visitaron los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia”, señala Rebanal.

Se busca recordar la figura del indiano porque, por quinto año consecutivo, Medio Cudeyo forma parte de la Red de Municipios Indianos del Cantábrico.
Por Celia Agüero Pereda