El obispo de Santander, Arturo Ros, en su primer desayuno con los periodistas, por las fiestas navideñas. EFE/ Pedro Puente Hoyos

Obispo de Santander: No me quedaré de brazos cruzados

Santander (EFE).- El nuevo obispo de Santander, Arturo Ros, asegura, tras una semana en el cargo, que la prioridad de su ministerio será que las personas “sean felices” y, ante los problemas, no tiene “intención” de quedarse “de brazos cruzados sin hacer nada”.

En un desayuno informativo en el Obispado de Santander, Ros ha compartido con los medios de comunicación su visión sobre la institución, que ha confiado que sea “una familia”, donde “nadie se sienta excluido”.

“Las puertas no deben estar cerradas nunca”, ha señalado Ros (Vinalesa (Comunidad Valenciana), 1964), quien ha subrayado, en varias ocasiones, que su objetivo es que “la gente sea feliz”.

Sobre el estado de la fe en la región, ha opinado que dar “un veredicto a los cinco días sería un error”. “Intuyo que hay ganas de Dios”, ha asegurado el obispo.

Ha señalado que tratará en sus primeros meses de “conocer curas”, “gente” o “grabar nombres” para identificar qué acciones puede implantar la Diócesis.

Entre estas acciones, preguntado por el fin del Año Jubilar Lebaniego, ha indicado que no tiene definido qué hacer, pero ha prometido darle “todo el impulso posible a esta última etapa”.

Bendecir a las parejas homosexuales

Preguntado por la decisión del Papa Francisco de que los sacerdotes puedan bendecir a las parejas homosexuales, ha indicado que él no pide “el DNI” antes de dar una bendición.

“No podemos condicionar nunca la presencia de Dios en la vida de las personas, sea a modo de bendición o sea del modo de que sea (…) no tendría sentido”, ha observado.

Aunque no ha leído “ni una frase” del documento y no puede dar “una opinión contundente”, ha señalado que “la bendición es un regalo de Dios, siempre”.

“No hay nadie pidiendo en la puerta credenciales de cristianos creyentes que cumplen fielmente la doctrina de la iglesia, porque entonces, nos quedaríamos solos”, ha dicho.

Preocupación por “lo esencial”

A preguntas de los periodistas sobre sus principales preocupaciones de la sociedad, ha admitido que las hay “muy serias”, y ha precisado que le preocupa “lo esencial”, es decir, que las personas “tengan trabajo y vivan con dignidad”.

Ros ha mostrado preocupación por el derecho a la vida, la violencia doméstica, el maltrato a las mujeres, o el “respeto a la integridad de cada ciudadano”.

Y ha echado de menos “el espíritu revolucionario” del continente. “Europa está avejentada y aburguesada”, ha opinado.