Toledo (EFE).- Cáritas atendió a 65.275 personas en Castilla-La Mancha en 2023, lo que supuso un incremento del 21,27 por ciento en comparación con el año anterior.
Además, la organización no gubernamental de la región dio ayuda a otras 50.020 personas en otros países.
Estos datos se recogen en la memoria anual de Cáritas Regional Castilla-La Mancha, que han presentado en Toledo la presidenta y el coordinador de la entidad, Rosa García y Amador Casquero, respectivamente y el administrador diocesano de Albacete, Julián Ros Córcoles.
Rosa García ha explicado que la pobreza en España y en Castilla-La Mancha es un fenómeno estructural que persiste más allá de la cobertura económica general.
Y ello es porque la brecha entre ricos y pobres ha aumentado, de forma que “los ricos son más ricos y los pobres tienen mucha mayor dificultad para salir de la pobreza que se ha instalado en sus vidas” y de la que no pueden salir.
“Vivimos en un clima de desesperanza social en el que la supervivencia de cada persona y su pequeño entorno es casi lo más importante”, ha aseverado García, que ha advertido que la vivienda y la dificultad de acceder a ella se ha convertido “en un denominador social inquietante” que plantea sobre el estado de bienestar “y ensombrece el presente y el futuro”.
En este sentido, ha dicho que se ha detectado un aumento de personas que acuden a Cáritas y antes no recurrían a la ayuda de la entidad, debido fundamentalmente a problemas como la inflación o la subida de los precios de los alquileres, que hacen que muchas familias y ciudadanos tengan dificultades para cubrir sus necesidades básicas.
Sombras y dificultades
Según ha apuntado la presidenta de Cáritas Regional Castilla-La Mancha, los últimos informes de la entidad y de la Fundación Foessa “han ido dibujando un panorama de sombras y dificultades”, que se han visto agravadas por el crecimiento de éxodos masivos de personas que huyen de guerras, sequías y violencia, que llegan buscando “paz, libertad y esperanza”.
En este panorama de “sombras” confluyen situaciones de exclusión mucho más severas, problemas de la vivienda agudizados que aumentan las situaciones de “sinhogarismo”, precariedad laboral, aumento del nivel de estrés financiero, más personas en situación de irregularidad administrativa, y una población infantil y juvenil en desventaja social.
Pero a pesar de que son tiempos complicados, para García es necesario “abrir caminos a la esperanza”.
“Esta memoria supone un ejercicio de responsabilidad, gratitud, de testimonio y de transparencia de las cinco Cáritas Diocesanas que componen la Cáritas Regional”, ha reivindicado García.
Atenciones de Cáritas en 2023
Por su parte, Casquero ha informado de que en 2023 Cáritas Regional trabajó con 19.951 personas desde programas de acogida, asistencia y familia y con 3.811 personas desde los programas de empleo y economía social, que permitieron 553 inserciones laborales.
A su vez, el programa de personas sin hogar de Cáritas acompañó en 2023 a 3.384 personas en Castilla-La Mancha, al igual que se hizo con 3.337 personas inmigrantes, en tanto que por los programas de prisión, exreclusos y mediación jurídica pasaron 2.537 personas.
Asimismo, fueron acompañadas 1.218 personas mayores, en particular las que viven en soledad, mientras que fueron atendidos en los respectivos programas específicos 634 menores y 883 jóvenes.
Y en el exterior, Cáritas Castilla-La Mancha ha extendido su acción social en 17 países en los que ha beneficiado a 50.020 personas, a través de programas de cooperación al desarrollo.
Aumento del voluntariado
Por otra parte, Casquero ha valorado que el voluntariado de Cáritas creció en 2023 un 3,3 por ciento, después de los descensos de años anteriores.
Con este incremento, el año pasado trabajaron en Cáritas Regional Castilla-La Mancha 4.108 voluntarios y 427 técnicos contratados, a los que se unieron 8.552 socios y donantes y los sacerdotes de cada una de las Cáritas Parroquiales de la comunidad autónoma, a los que García, Casquero y Ros han dado las gracias.
