Laura López | Segovia (EFE).- Cuando la familia ucraniana formada por el matrimonio Andriy y Olga y su hija Sofía, que llevan ocho años viviendo en Segovia, echa la vista atrás, no recuerdan un mes en el que no hayan recibido malas noticias desde su país por la pérdida de algún amigo o conocido, pero mantienen la esperanza sobre el pronto desenlace del conflicto: “Ucrania ya ganó” .
“Estamos convencidos de que Ucrania ya ganó porque Rusia perdió con esta invasión militar a otro país, eso fue su error principal y Ucrania ha recibido apoyo de todo el mundo en su intención de obtener libertad e independencia”, ha comentado en una entrevista con la Agencia EFE el padre de familia.

Sus familiares están a salvo, pero amigos y conocidos suyos no han sobrevivido: “Sentimos que cada vez está más y más y más cerca, eso es lo que no nos imaginábamos hace un año, que alguien que conocíamos fuera a fallecer en esta guerra sin sentido”, ha lamentado Andriy.
Hace un año, en otra entrevista con EFE, este ucraniano, de 46 años y sin ninguna experiencia militar o con las armas, se mostraba dispuesto a volver a su país para luchar.
Ahora relata que, a pesar de la “resistencia” de su familia, que “ni siquiera querían aceptar este pensamiento”, se puso en contacto con el centro de movilización al que pertenece en Kiev y mostró su disposición para unirse a los que allí estaban luchando.

Cuando supieron que estaba en España, le comentaron que había suficientes personas allí para ser llamadas y que era mejor esperar: “El presidente (Volodímir) Zelenski tiene una política muy prudente, intentar proteger cada vida, por eso da prioridad a la gente que tiene experiencia militar”, ha explicado Andriy.
Asociación Ucranianos de Segovia
Ante la impotencia de verse “esperando” en Segovia, donde viven desde hace ahora ocho años, decidieron pasar a la acción desde esta ciudad y se asociaron con otros compatriotas: “No sé si gracias a esta guerra o desgraciadamente, nos enteramos de que no estamos solos aquí en Segovia”, ha comentado.
Junto a ellos formaron la Asociación Ucranianos de Segovia, con la que en el último año han recolectado material humanitario suficiente para enviar cuatro camiones a su país, recaudado unos 10.000 euros y comprado una ambulancia, que enviaron a Nikopol y ahora sirve para evacuar a soldados heridos.
“Yo creo que hicimos mucho trabajo y no sé si yo hubiera sido tan eficaz allí como aquí… Por supuesto que cada día pensamos y siempre tenemos el sentimiento de que hay algo no hicimos, que podríamos hacer más”, ha explicado Andriy.
También han acogido en su casa de Los Ángeles de San Rafael a tres familias de refugiados y acompañado a muchos otros a la hora de ir al médico, a la escuela o a hacer una entrevista de trabajo: “Hay muchas historias diferentes y cada historia es una pequeña tragedia”, ha lamentado.
“No tenemos otra Ucrania”
Sobre la capacidad de resistencia de su pueblo, Andriy ha afirmado que era lo que esperaba: “No nos sorprendió porque yo creo que cada ucraniano sabía lo que iba a pasar si no van a luchar y a defender su país, porque no tenemos otra Ucrania, no tenemos otro país a donde huir”, ha explicado.
Lo que sí les ha asombrado es que esta guerra haya provocado que las personas en su país se hayan vuelto más solidarios y unidos que nunca: “Mis padres es lo que comentan, que en la calle les proponen ayuda personas que no los conocen”, ha relatado.
También durante este último año esta familia se ha visto “animada” y reconfortada por el apoyo de la comunidad internacional a su país, sobre todo con noticias como el envío desde países como España de tanques Leopard, que para ellos es crucial.
“Hay opiniones de que el suministro de armamento solo calienta el conflicto, pero no es un conflicto, es una invasión militar de Rusia a un país independiente”, defiende el padre de familia, que trabaja de comercial en una empresa segoviana dedicada a fabricar envases de vidrio.
Un año sin finales felices
Sofía, que tiene veinte años y estudia en la Universidad Complutense de Madrid, ha reconocido a Efe que al principio de la invasión pensó que el conflicto duraría “unos meses” y no imaginaba que un año después iba a seguir recibiendo este tipo de noticias sobre sus amigos y ninguna con “un final feliz”.
También ha reconocido que, al comienzo de este conflicto, tenía “muchas más esperanzas” de que la población rusa se iba a “levantar” o iba a “hacer algo” contra esta guerra, pero ahora lamenta que no hayan sido “capaces de resistir y de formar su propia opinión” para mostrar su rechazo.
La joven es muy activa en la asociación que organiza la ayuda humanitaria desde Segovia y ha comentado, para las personas que quieran ayudar, que lo mejor es informarse antes de cuáles son las necesidades de cada momento en las redes sociales y página web de cada organización o donar dinero para que estas puedan gestionarlo según las prioridades. EFE