Valladolid, (EFE).- La percusión y las redes sociales se han aliado como herramientas ante la enfermedad mental y en el camino para lograr la integración a través del empleo.
Khadija y Natalia son dos de los dieciocho jóvenes con enfermedad mental que se han atrevido este miércoles en Valladolid a explorar su ritmo interior a través del taller impartido por el percusionista corporal y tiktocker Rodrigo Prieto Garrrido.
El tiktoker Rodrigo Prieto Garrido da uno de sus talleres
Se busca además un acercamiento a las redes sociales como herramienta profesional y para el empleo.
Alguno de los jóvenes participantes ya conoce a través de las redes sociales a Rodrigo, un salmantino afincado en Valladolid que también es actor.
Durante la pandemia acercó el ritmo y la percusión a la gente a través de Instagram, Facebook y TikTok, con algún video que ha tenido hasta un millón de visionados de gente joven en la última de las plataformas.
En esa búsqueda de herramientas ante la enfermedad mental, hoy desde un gran círculo, los jóvenes con problemas como el TOC, trastornos límites de personalidad, depresión o esquizofrenia, han probado con ritmos binarios, agudos, graves de los tambores africanos djembe, el cajón flamenco, el handpan, la batería, las maracas o cajones de percusión reciclados.
Lo ofrece la Federación Salud Mental de Castilla y León
El mismo Rodrigo sufrió acoso en el colegio y fue tratado de ansiedad, explica a los jóvenes en este taller coordinado desde la Federación Salud Mental Castilla y León y que cuenta con la financiación de la Fundación ONCE.
Opciones laborales menos clásicas
Esta actividad es una pata más del programa pasaporte hacia el empleo de la Federación, con un carácter más lúdico pero también para abrir a los jóvenes a opciones laborales menos clásicas, como puede ser la música o iniciativas en las propias redes sociales, explica a EFE la técnica del área de empleo de la entidad, Noelia Cabrera.
Las redes sociales son también “una herramienta de trabajo”, plantea a EFE Rodrigo, quien conecta desde el primer momento con los jóvenes y les invita a participar, a sacar “el ritmo interior que tiene cada uno”. Porque todo el mundo tiene un ritmo interior, algunos más entrenado que otros.
Trabajo en grupo y apoyarse en los otros
El trabajo en grupo, pedir ayuda, apoyarse en los otros son los elementos que explora este taller, así como la pantalla para visibilizar las capacidades de cada uno que suponen las redes sociales.
En los talleres del año pasado la Federación detectó que entre un 15 y 20 por ciento estaban interesados por la música electrónica, y aprovecharon esas inquietudes para ofrecer ahora ese taller de percusión, como exploració de nuevas herramientas ante la enfermedad mental.
Khadija y Natalia
Khadija tiene 25 años y es de Ávila, le interesa la música como entretenimiento y las redes sociales ya que con un buen uso pueden abrir puertas para darse a conocer, detalla a EFE esta joven participante.
En la misma línea, Natalia, de 25 años, de Segovia, confiesa que “se maneja muy bien, al día, en las redes sociales”, que considera una buena herramienta y valora las terapias que les ofrecen desde la Federación de Salud Mental de Castilla y León dentro de ese pasaporte para el empleo.
“Tenemos un plus porque nos atrevemos a probarnos”
“Tenéis que creer en vosotros mismos, no importa lo que los demás piensen o digan de nosotros. Tenemos un plus porque nos atrevemos a probarnos”, les ha transmitido desde su propio conocimiento como persona con una enfermedad mental la presidenta de la Federación de Salud Mental de la Comunidad, Elena Briongos.
Los jóvenes con problemas de salud mental han pasado una mañana formándose en técnicas de percusión corporal dentro del citado pasaporte para el empleo, que busca potenciar sus competencias transversales a través de una formación que se prolonga a lo largo de 4 meses con parte de contenido teórico, visitas a empresas y desarrollo práctico.EFE
