Valladolid (EFE).- El sector de la automoción en España asume la necesidad de avanzar en una transición justa hacia el vehículo eléctrico o conectado para garantizar la descarbonización, pero ha pedido al Gobierno que flexibilice la aplicación de la normativa tendente a ello (Euro 7 y PERTE), sobre todo en plazos.
“La industria no es algo que se pueda parar de un día para otro porque despista y detrae inversiones”, ha explicado este jueves en Valladolid el director general de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), José López-Tafall, durante su participación en un congreso nacional de automoción.

Plazos más flexibles para la automoción
Se ha referido así, en declaraciones a los periodistas, a la normativa Euro 7 que entrará en vigor el 1 de julio de 2025 para regular los límites de emisiones de contaminantes de turismos y furgonetas, los primeros tipos de vehículos en tener que adaptarse, en sólo dos años, a una exigencia cada vez más restrictiva.
Para el director general de ANFAC, a los fabricantes les resulta complicado “avanzar a un ritmo tan exigente” al que también se une el 2035 como año límite para la circulación de vehículos con motores de combustión: “dos cosas a la vez es muy complicado” y las exigencias son “muy elevadas y onerosas”, ha insistido.
López-Tafall se ha referido también al PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) de la industria de la automoción, aprobado por el Gobierno el pasado octubre y centrado en dos líneas: digitalización y electrificación de los vehículos, con ayudas a la cadena industrial procedentes de la UE.
Para ANFAC es necesaria la revisión tanto del Euro 7 como del PERTE, consecuencia ésta de la primera, en sintonía con otros países como Alemania e Italia que han propuesto el combustible sintético para prolongar la vida de los motores de combustión más allá de 2035.
“O Europa reacciona o nos quedamos atrás”, ha resumido López-Tafall respecto a las voces disonantes de Estados Unidos y de China sobre la normativa comunitaria, dos grandes potencias industriales y de mercado.
La automoción pide al Gobierno que actúe
Por todo ello, el sector espera del Gobierno de España “una posición más ambiciosa sobre la necesidad de revisar el Euro 7, alineados con Alemania e Italia: más claro no lo podemos decir”, ha apostillado.
En su opinión, el PERTE no debe ser un punto de llegada sino de partida con inversiones en forma de ayudas que permitan iniciar una reconversión industrial del sector que a su juicio no debe acabar en 2025, sino más allá.
López-Tafall, por otra parte, ha advertido de que un Euro 7 “mal enfocado puede traer problemas de continuidad y parar la cadena de la producción”, con la consiguiente repercusión económica, laboral y en su caso social.
En la misma línea, el presidente del Clúster de Automoción de Castilla y León (FaCyL), Félix Cano, ha llamado la atención sobre la “falta de infraestructuras” para facilitar la recarga de los vehículos eléctricos, además de la tardanza en completar un proceso que ha estimado entre tres y cuatro horas.
“No se pueden poner los bueyes detrás del carro”, ha comparado al abordar un proceso que “va a tardar” convencido de que aún pasará mucho tiempo “para que el vehículo eléctrico sea apetecible para los consumidores”.
La automoción y el Euro 7
Respecto al Euro 7, el presidente de FaCyL ha llamado la atención acerca de las “exigencias milmillonarias” para cumplir la normativa.
Menos contundente se ha mostrado María Paz Robina, directora general de Michelin en España y Portugal, quien se ha referido al sector de la automoción como un ecosistema en el que “todos compartimos la visión sobre los retos importantes y difíciles que tenemos por delante, sobre la necesidad de seguir apostando por la movilidad de futuro”.

Transición justa pero ordenada
El Congreso Future Mobility Challenges ha comenzado con unas palabras de bienvenida por parte del presidente de Castilla y León, Alfonso Fernádez Mañueco, quien ha exigido al Gobierno de España una transición “justa y ordenada”, adaptada “a la realidad cotidiana y a las necesidades de la industria”.
“El camino no va a resultar fácil por unas decisiones de la UE que en todo caso deben ser ratificadas por los gobiernos de cada país, ya que pueden perjudicar si no se aplican con inteligencia”, ha manifestado. EFE