Ayanta Barilli (c), hija del escritor Fernando Sánchez Dragó, lee el discurso que debería de haber leído su padre, tras la concesión del Premio Castila y León de las Letras, en un acto celebrado este viernes. EFE/Nacho Gallego

Los últimos anhelos de Dragó: yacer con su padre y una casa museo en Soria

Valladolid (EFE).- Fernando Sánchez Dragó dejó por escrito en su último texto literario antes de morir de manera repentina dos anhelos: yacer con su padre desaparecido durante la Guerra Civil y hacer de su hogar de Castilfrío (Soria) un museo, pues este atesora, según sus palabras, una de las mayores colecciones privadas de libros -más de cien mil-, “acaso la mayor del mundo”.


Ayanta Barili, hija del escritor, ha dado voz a la última obra escrita en vida por su padre, fallecido el pasado 10 de abril a los 86 años de un infarto en su casa y refugio de Castilfrío de la Sierra (Soria), y que entregó a la Consejería de Cultura días antes de morir.


“Más que Fernando podría llamarme Libro. Soy un personaje de novela”, dejó por escrito Dragó, que en su última obra destacó su fuerte sentimiento de pertenencia a “Soria, Castilla, León, Castilfrío y España”, todas ellas en su corazón.

El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco (i), entrega el Premio Castilla y León de las Letras 2022 a Ayanta Barilli, hija del escritor Fernando Sánchez Dragó, en una gala celebrada este viernes en Valladolid.EFE/Nacho Gallego


Sin prisas, “aunque con pausa”, Dragó reconocía que ya tenía expectante su huesa en el cementerio de Castilfrío, que le gustaría compartir, “suponiendo que la ley lo consienta”, con “lo que quede” de su padre: “Y así, ya que nuestros cuerpos no pudieron abrazarse en vida, se abrazaran nuestros esqueletos. Algo es algo”.


Autorreconocido “extravagante ciudadano” y “carente de ideologías”, de su infancia recuperó la “ciudad de los Doce Linajes”, pues fue, como Soria, “castellano hasta el tuétano”.


Recuerdos de la infancia


Tan solo tres días antes de morir y con motivo de este premio, Dragó echó la vista atrás y rememoró las palabras de su madre cuando le contaba que salió de su cuerpo riéndose: “Quizá lo inventaba, pero siempre me ha gustado pensar que sucedió así”, escribió Dragó.


Además de yacer con su padre y hacer de su casa, refugio y scriptorium de Soria su casa museo, Dragó fantaseó con poner sobre la lápida de su tumba el mismo epitafio que el escritor y periodista inglés Richard Ford, y que rezara así: “Acérrimo investigador de las cosas de España”, esa “España mágica, trágica, numantina, taurina, guadaña y corrupta” a la que dedicó casi una decena de libros.


Metido en política “muy de refilón”, según el propio escritor, Dragó se jactó de haber mantenido siempre posturas críticas “hacia quienes estaban en el poder”, aunque dejó por escrito en este, su último texto, su voluntad de “mano tendida a las voces críticas”.


Un verso “becqueriano, machadiano, balbuceante y torpe” que Dragó escribió en su adolescencia, sentado junto a la orilla del Duero, fue lo último que el escritor dejó plasmado negro sobre blanco en vida. Rimas en las que Dragó evocaba su tierra y sus sentimientos, que han florecido hoy en su hija Ayanta, que no ha podido contener la emoción en la lectura de estos versos, aplaudidos también por todo el auditorio.

Los premiados


En sus distintas categorías, los Premios Castilla y León correspondientes a 2022 han recaído en Antonio Piedra Borregón, en Ciencias Sociales y Humanidades; la gimnasta Carolina Rodríguez Ballesteros, en categoría de Deporte; María Victoria Mateos Manteca, en Investigación Científica y Técnica e Innovación.


Fernando Sánchez Dragó, distinguido antes de su muerte, Premio de las Letras; Luis Moro, en la modalidad de las Artes; Camino Francés Federación, en Valores Humanos y Sociales, y Pedro Gutiérrez Moya, en el apartado de Tauromaquia, completan el listado de galardonados. EFE