Almudena Álvarez | Palencia (EFE).- Crema solar, pero también chubasqueros por la amenaza de tormenta, globos y flotadores “para no perderse”, bocadillos y bebidas de todos los colores y mucho “brilli brilli” han teñido de diversión el parque Ribera Sur de Palencia en la Fiesta de la ITA, que ha reunido este miércoles a más de 12.000 jóvenes llegados de distintas provincias españolas.
Horas antes de que se abriera el recinto ya estaba todo dispuesto para que nada aguara la fiesta que organizan desde hace más de una década los estudiantes de Ingenierías Agrarias de Palencia y que en los últimos años cuelga el cartel de completo en el Parque Ribera Sur con un aforo de 12.000 personas, más de 200 efectivos policiales, 60 autobuses procedentes de otras provincias y más de ocho horas de diversión garantizada con una docena de pinchadiscos.
Cargando enormes neveras, bolsas de supermercado y litros y más litros de bebida, los jóvenes se han armado de paciencia en largas colas de entrada, ante la atenta mirada de las Policías Local y Nacional, que este viernes ha reforzado sus efectivos con medios aéreos, radio patrullas, guías caninos, unidades de intervención, de información, seguridad ciudadana y extranjería y dos drones para verlo todo y antidrones para detectar intrusos no autorizados.
“El objetivo es proteger a los jóvenes que han venido a la fiesta y a los ciudadanos para que el evento transcurra con normalidad”, ha explicado a EFE Andrés Alonso, inspector jefe de la Policía Nacional encargado del operativo de la ITA.
Agentes de paisano y guías caninos se han encargado de que no entraran drogas al recinto y 65 trabajadores de la empresa de seguridad privada contratada por los organizadores han evitado el acceso de menores y que se colaran objetos peligrosos como latas, botellas de cristal, neveras rígidas o paraguas.
“Estamos siendo más rigurosos en el acceso porque estamos detectando más picaresca este año a la hora de introducir vidrios y latas o menores que han intentado acceder con el DNI manipulado”, ha asegurado a EFE Javier Atienza, responsable de la empresa de seguridad.
Que el ritmo no pare
Sobre el escenario se han sucedido una docena de djs, entre ellos Héctor Calderón, un habitual de la ITA, para garantizar la diversión y asegurarse de que el ritmo no parara en ningún momento.
“Nosotras venimos todos los años porque es una fiesta increíble”, comentan a EFE un grupo de amigas que han llegado desde Jaén, Zamora, Cantabria, Valladolid y Burgos, cargadas con “mucha bebida, mucha comida, gafas, crema solar, chubasqueros por si llueve y tres flotadores para marcar territorio y encontrase si se despistan”.
“Llevamos muchos años viniendo y ya sabemos lo que hace falta”, añaden.
Desde Segovia y Soria, Miguel y Diego, llegaban por primera vez y no dejaban de “alucinar con el ambiente” porque no se imaginaban que “hubiera tanta gente”. A Guille, que venía desde Orense y a su grupo de amigos, estudiantes de la UVa, tampoco les faltaba de nada: bocadillos, galletas saladas, calimocho, agua, crema solar y mucho “brilli brilli”.
Y aunque muchos habían llegado en alguno de los 60 autobuses dispuestos por la organización, el grueso de la fiesta estaba teñido del morado palentino, con muchos estudiantes dispuestos a disfrutar del día, “de la música, el ambiente del festival y la gente”, como afirmaban Daniela y Lucia. “Y sobre todo para cargar las pilas antes de los temidos exámenes finales”, añadía Marta.
Fiesta de Universitarios
Y aunque, la ITA tenga fama de fiesta de universitarios donde predomina el alcohol, lo cierto es que los incidentes más habituales son “los golpes de calor, las fracturas, los esguinces o los problemas respiratorios en personas alérgicas”, como ha detallado a EFE Antonio Tejedor, responsable del dispositivo sanitario, formado por dos hospitales de campaña con una veintena de camas, cuatro ambulancias, dos médicos, tres enfermeros y 60 voluntarios.
Justo al lado del puesto de mando, dos voluntarias de Cruz Roja lo tenían todo dispuesto para informar o actuar en situaciones de acoso y agresiones sexistas con los dedos cruzados para no tener que trabajar en todo el día.
No han faltado tampoco los mirones apostados fuera del recinto para ver el ambiente. Como Silvano y María José que se han convertido en verdaderos fans de la ITA: “venimos todos los años a verlo y este año nos hemos traído las sillas porque llevamos aquí toda la mañana”, aseguran a EFE.
