Zamora (EFE).- El cambio de tendencia en la prostitución, que se ejerce más en pisos en vez de en locales de alterne, y la denominada “explotación 2.0”, que obliga a mujeres a realizar pornografía para venderla en Internet son dos de las nuevas amenazas en el ámbito de la trata de seres humanos que se han puesto de relieve este lunes en las II Jornadas de Trata y Explotación Sexual.
Las jornadas, que reúnen en Zamora a expertos, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y asociaciones que trabajan con mujeres que ejercen la prostitución y apoyan a las víctimas de trata y explotación sexual, han ofrecido además datos como el de que, sólo en Valladolid, una asociación de apoyo atendió el año pasado a unas 400 mujeres prostituidas.
Nueva prostitución
En Valladolid y en León, según ha explicado a EFE la psicóloga de la asociación Aclad Rebeca Collantes, todavía existe algo de prostitución de calle pero principalmente, como ocurre en otras provincias, la pandemia ha cambiado la tendencia de los locales y clubes de alterne se ha pasado a ejercerla principalmente en pisos.
Eso dificulta el acceso a las mujeres prostituidas desde asociaciones como Aclad, que desarrolla el programa LUA en las provincias de Valladolid, León y Palencia, donde ha atendido a más de 700 usuarias en el último año, la mayoría de ellas explotadas y ejerciendo la prostitución para que un tercero saque un beneficio.
Aclad da a estas mujeres atención psicológica, sanitaria y social, así como atención en necesidades básicas de alimentación, medicamentos, productos de higiene y limpieza y pone a su disposición un recurso de alojamiento con trece plazas.
“Trabajamos con ellas independientemente de la situación que tengan, lo que hacemos es identificar cuáles son las necesidades que presentan”, ha detallado Collantes.
Detección de víctimas potenciales
Su trabajo también abarca la detección de posibles víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, a las que ofrecen acompañamiento si deciden denunciar.
Aclad ha constatado que a raíz de la pandemia la prostitución se ejerce más en pisos, por lo que tienen que contactar con las usuarias del programa “a través de las páginas web de anuncios, es más difícil acceder a ellas”.
Espiral de deuda
El perfil de las mujeres prostituidas corresponde, en el caso de las atendidas por esta asociación, con mujeres mayoritariamente de Colombia, Venezuela y Brasil y tienen familiares a su cargo.
“Muchas de ellas adquieren una deuda al venir y el círculo en el que entran es bastante complicado, porque a medida que van intentando hacer frente a ese coste, el interés que tienen que pagar va aumentando” e incrementándose así la deuda, en una espiral que en ocasiones se prolonga hasta el “infinito”, ha detallado la psicóloga.
La situación de vulnerabilidad de esas mujeres en su país de origen hace que opten por venir a España animadas porque quienes las captan “les venden una situación idílica de la prostitución o de un trabajo que cuando llegan aquí la realidad es completamente diferente”.
Pornografía y explotación en Internet
Por su parte, la psicóloga Isabel Piñel, de la asociación Adasci promotora de las jornadas, ha observado que el tipo de explotación sexual va cambiando con el tiempo y actualmente existe “un problema muy serio” con la denominada “explotación 2.0” o “prostitución 2.0” con jóvenes que venden su cuerpo en plataformas de Internet como OnlyFans.
Aunque ellas creen que en un principio lo hacen libremente “no deja de ser otra forma de explotación y se verá con el tiempo que va tendiendo hacia una obligación de realizar pornografía para difundirla a través de Internet”, ha sostenido.
Esa tendencia se ve alentada por el consumo masivo de pornografía desde edades muy tempranas que llevar a “blanquear la pornografía y la prostitución como algo que la gente elige libremente, y nada más lejos de la realidad”.
¿Por qué abolir la prostitución?
En la jornada se ha abordado también la postura partidaria de abolir la prostitución en España, frente a la cual existen grupos de presión que defienden la legalidad de esa actividad porque es “un sector que mueve cantidades ingentes de dinero”, ha explicado Piñel.
Ha defendido la abolición frente a quienes abogan por “intentar regular una profesión que es una esclavitud y va en contra de los derechos más básicos de cualquier ciudadano”. EFE
