Inés Morencia| Valladolid jul (EFE).- La actriz, directora y dramaturga Laila Ripoll ha abordado la obra de Calderón de la Barca “Mañanas de abril y mayo” como un homenaje al cine de los años 50, de manera especial a Blake Edwards con guiños a la primera Pantera Rosa, tanto en la escenografía como en el plano musical.
El público de Olmedo Clásico podrá asistir este próximo viernes a una versión “divertida, fresca y moderna” de la obra de Calderón, que ha concebido como “un guiño a ese cine de finales de los 50 y principios de los 60 que marcó toda una época y que recrea un Madrid florido, bucólico y sensual en el que las parejas se encuentran y se alejan, se engañan y se sorprenden”, ha explicado este jueves a EFE.
Aunque Ripoll es una de las habituales del festival, ya han transcurrido varios años desde su última participación, por lo que afronta el regreso “con la misma ilusión, porque acudir a Olmedo supone ir a un lugar con unas resonancias culturales impresionantes y actuar en la Corrala es una experiencia fantástica”.

El teatro sigue en crisis
En una entrevista con la Agencia EFE, manifiesta que no tiene tan claro que el teatro esté viviendo un momento dulce “porque todavía no se ha salido de ese bajón de la crisis, y está muy lejos de haber recuperado lo que se tenía antes de 2008, ya que resulta muy difícil poner en marcha las producciones”, ha argumentado.
“En este país hay un gran nivel creativo pero no hay circuitos, y meterse en una producción con muchos actores resulta suicida,si no se tiene detrás un respaldo de alguna institución. En nuestro caso, del Teatro Fernán Gómez. Es necesario que haya más apoyo político y económico”, ha reivindicado.
A este respecto, ha comentado que las compañías dependen fundamentalmente de las comunidades autónomas y ayuntamientos, y están sufriendo “censuras y, lo que es peor, autocensura, porque en muchos lugares no quieren nada que tenga relación con la política, y el teatro es un arte político”, ha advertido.

Formas de censura
Una forma de censurar también es “ahogar a las compañías económicamente, denegando subvenciones”, como le ha sucedido a su compañía, Micomicón, que no ha entrado en las ayudas de la Comunidad de Madrid para representar un texto de Mariano Llorente relacionado con la memoria histórica.
“Lo vamos a hacer de todas maneras, autoexplotándonos, que es lo que se hace normalmente, pero vienen tiempos duros. Ya ha pasado otras veces aunque la gente no se acuerde, pero ahora ha cobrado más trascendencia por el miedo a Vox”, ha remarcado.
Ripoll, marcada desde su nacimiento por el arte, al ser hija del director y realizador de televisión, Manuel Ripoll, y de la actriz Concha Cuetos, aprendió a escribir haciendo clásicos porque antes “no existía la especialidad dentro de los centros dramáticos” y siempre ha sentido una gran pasión por Cervantes y Lope de Vega, de los que ha realizado varias adaptaciones.
Clásicos y contemporáneos
Por esta razón, no le supone ningún problema pasar de un texto contemporáneo a uno clásico, ya que su trayectoria se ha forjado compaginando unos con otros. Ahora ha tenido que ‘traicionar’ a su Lope para reencontrarse con el Calderón más divertido, con una pieza menos conocida del dramaturgo.
Tras regresar del Festival de Mérida con la representación de “Pandataria”, en la que ha aportado los textos a la puesta en escena de Chevy Muraday, ha realizado un paréntesis en su agenda para tomarse unos días de vacaciones antes de viajar a Colombia, a mediados de noviembre, para representar “Una humilde propuesta”, de Jonathan Swift. EFE