Fernando Sanz. San Pelayo (Valladolid), (EFE).– Música, cultura y activismo son las propuestas del Festival Cuatro Gatos contra la Despoblación, que termina este domingo y que se celebra en el municipio vallisoletano de San Pelayo, que tiene 48 habitantes censados y que en invierno roza la treintena.
Una apuesta del Ayuntamiento y de la Asociación de Amigos de San Pelayo del Valle que tiene como objetivo luchar para “fijar población” y “evitar que los pueblos se vacíen” y reivindicar que sus vecinos no son “habitantes de segunda”, afirma su alcaldesa, Elisa Cerrillo.
San Pelayo es un municipio en el corazón de los Montes Torozos que, como muchos de la llamada España vaciada, ha disminuido su población drásticamente en el último siglo: según datos del INE, en 1920 eran 327 residentes frente a los 48 actuales.
Una situación que se ha repetido en otras localidades cercanas como Torrelobatón (1.187 habitantes frente a los 391 a finales de 2022) o Castromonte, que en la década de los años 20 del siglo pasado albergaba 1.232 vecinos frente a los 314 actuales.
Nada para llenarla ni mantener población
Sobre el concepto de la España vaciada, Cerrillo reflexiona que se ha vaciado porque “no se ha hecho nada ni por llenarla ni por mantener la población que había” y asegura que el punto de partida debe ser la educación, porque “no interesa que los jóvenes ahora quieran vivir en el pueblo”.
De ahí este festival, que nació de una conversación entre su predecesora en el cargo, Virginia Hernández, que comenzó con una sola jornada hace seis años y que este año comenzó con una proyección de cortos Cinhomo Rural, vinculada a la muestra de cine y diversidad sexual.
Una edición que aúna conciertos de bandas que van desde la música caribeña (‘Cuarteto a babor y un polizón’), el punk y el hardcore (con bandas como ‘Sentinel’, ‘Kódigo Punk’ o ‘Vuélkalo’) o la música folclórica más contemporánea como ‘Dulzaro’, ‘Lolita Pantera’ o ‘DeLaMeseta’, con puestos, poesía, o charlas, como la del colectivo Acción Castilla y León.
Una asociación, antes llamada Jóvenes Castilla y León, que surgió en 2019 y que en la actualidad cuenta con alrededor de 40 miembros, la mayoría emigrados, que buscan visibilizar el éxodo de jóvenes de la Comunidad y aportar soluciones desde la sociedad civil.
“Castilla y León tiene una tasa de emigración de titulados de un 40%, que es el doble que la media nacional”, afirma el activista Emilio Negro, que junto a Laura Esteban presentan su asociación ante una veintena de personas, la mayoría de pueblos de la zona, en el marco del festival.
Una razón para quedarse
La alcaldesa de San Pelayo tiene claro que la primera herramienta para fijar población en estas zonas es el empleo, tal vez no en los municipios de menor tamaño, pero sí en los de alrededor para que “jóvenes y adultos tengan una razón para quedarse”.
Otro de los pilares para revertir la pérdida de población son las comunicaciones, tanto las digitales, especialmente para atraer a las personas que pueden teletrabajar, como las físicas y los medios de transporte, que son “algo vital”.
“Si no tengo coche, me es muy difícil ir a urgencias, a Tordesillas, a atención continuada, acercame al hospital, por lo que hay que mejorar todos esos medios de transporte”, asegura, en relación al Centro de Salud de Tordesillas, a unos 20 kilómetros.
Reivindicaciones y reflexiones que volverán a escuchar este domingo en San Pelayo, último día del festival, entre hinchables, grupos de pop rock, circo y versiones que pondrán el broche de oro a esta sexta edición de Cuatro Gatos, una cita que aspira a alcanzar su séptima vida el próximo año.
