Nuevo hallazgo de arqueólogos de la Universidad y el Ayuntamiento de Salamanca en el que se determina que en la Edad del Hierro las sociedades de la meseta norte tenían un contacto muy fuerte con las culturas del sur y el mediterráneo a través de las mujeres que se trasladaban de una zona a otra. EFE/ J. M. García

El desplazamiento de las mujeres conectó el interior y el sur peninsular en la Edad del Hierro

Cristina García Casado|Salamanca (EFE).- El desplazamiento de las mujeres para casarse conectó el interior peninsular con las culturas del sur y del Mediterráneo oriental en la Edad de Hierro, según las últimas investigaciones arqueológicas en el cerro de San Vicente de Salamanca.


“Las mujeres nacidas en este poblado se movían a otros lugares por matrimonio y tenían un papel de transmisoras de cultura, costumbres, artesanías y modos de vida que habían aprendido en sus lugares de origen”, explica a EFE la arqueóloga Cristina Alario García.


Mestizaje cultural


Esos conocimientos que llevaban las mujeres del sur al interior, “se convierten poco a poco en parte de la cultura” de la meseta norte al producirse “una hibridación, un mestizaje”, al contrario de lo que se pensaba hasta ahora sobre un interior “aislado”.


Estos últimos hallazgos del equipo que investiga este sitio arqueológico de 2.700 años han sido publicados recientemente en Antiquity, una de las publicaciones más prestigiosas de arqueología, así como en la revista del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).


“Hemos descubierto el primer santuario dedicado a la diosa Hathor-Astarté en el interior de la península, no se había encontrado ninguno del Tajo para arriba”, indica a EFE Juan Jesús Padilla Fernández, profesor de la Universidad de Salamanca (USAL), uno de los cuatro arqueólogos, junto con Alario, que investigan el pasado que encierra el cerro de San Vicente.

Nuevo hallazgo de arqueólogos de la Universidad y el Ayuntamiento de Salamanca en el que se determina que en la Edad del Hierro las sociedades de la meseta norte tenían un contacto muy fuerte con las culturas del sur y el mediterráneo a través de las mujeres que se trasladaban de una zona a otra. EFE/ J. M. García


Y añade: “Sabíamos que había santuarios como este dedicados a diosas mediterráneas y orientales, en el sur y en zonas más en contacto con el mundo fenicio, pero desde el Tajo para arriba era impensable, nunca se había hablado de eso porque se tenía la idea de que eran comunidades muy autárquicas las del interior”.


Romper esquemas


El cerro de San Vicente está en el corazón de la ciudad histórica de Salamanca y se investiga desde que adquirió los terrenos el Ayuntamiento hace treinta años, pero ha sido durante los últimos tres cuando este equipo de la USAL y del Ayuntamiento lo ha hecho con mayor profundidad y unos resultados sorprendentes.


“Esto rompe los esquemas de lo que se pensaba de la Edad del Hierro en el interior de la península Ibérica. Se creía que las sociedades de la meseta norte, del interior, estaban muy aisladas y eran muy autárquicas”, señala Padilla.


Y agrega: “Nada más lejos de la realidad. Estas sociedades tenían un contacto muy fuerte con la cultura tartésica del sur y con el Mediterráneo oriental, intercambio con el mundo fenicio”.


¿Cómo han llegado a esta conclusión? Han encontrado en el yacimiento “una gran cantidad de cerámica de origen fenicio, piezas de cerámica a torno”, un logro que se ha conseguido al haber “cavado en extensión y profundizado como no se había hecho antes”.


El equipo seguirá ahora analizando más materiales para descubrir más conexiones: “Estos pueblos no sólo compartirían creencias y hábitos culinarios que encontramos en el sur y en el Mediterráneo, los vínculos serían más”, asegura Padilla, que trabaja junto a Alario, en grupo con Antonio Blanco González (USAL) y Carlos Macarro, arqueólogo municipal de Salamanca. EFE