Cristina García Casado |
Salamanca (EFE).- Cerca del 30% de la producción de frutas y hortalizas se desperdicia entre la recolección y su llegada a las estanterías de los supermercados, un desperdicio de alimentos que pretende ayudar a reducir la plataforma Consentio, el último proyecto del cofundador de la aplicación de coche compartido BlaBlaCar Vincent Rosso.
“Esa gran pérdida se debe a fallos de comunicación, a que fracasan los acuerdos. Nosotros hemos querido que ese intercambio sea más eficiente y se reduzca así el desperdicio de alimentos”, ha explicado Rosso en una entrevista con EFE antes de participar en la feria de emprendimiento e innovación Startup Olé, en Salamanca.
Con la versión gratuita de Consentio –tiene una de pago más sofisticada–, cualquier productor de frutas y hortalizas dispone de una herramienta de comercio electrónico en la que compartir su inventario con clientes conocidos y otros que puede descubrir.
Por su parte, los supermercados pueden comprar estos productos “directamente de la página de cada agricultor” y ver con detalle las características del producto, los certificados de producción, incluso conocer un cálculo de la huella de carbono.
“Alivia los problemas entre los proveedores y las cadenas de supermercado. Potencia la venta, la buena compra, hace que todo fluya fácilmente y la transacción sea más transparente, es más trazable, al usarse una herramienta en la que queda registrada cualquier incidencia”, ha indicado Rosso, director general de Consentio.
La plataforma nació a partir de una constatación: cuando se dieron cuenta de que “el campo no estaba tan desarrollado como otras industrias” y decidieron ofrecer una plataforma digital que pudiera contribuir a ese avance.
“Cada vez es más difícil saber cómo se producen las cosas y dónde se han producido, con una plataforma la trazabilidad de los alimentos es más fácil”, ha afirmado el emprendedor francés afincado en España hace 22 años.
De BlaBlaCar al desperdicio de alimentos
Rosso se dio a conocer en España con el éxito de la aplicación de coche compartido BlaBlaCar, de la que fue primero padrino inversor, luego confundador y por último director hasta 2015.
“Algo como BlaBlaCar sólo te pasa una vez en la vida. El nombre es la marca. Es muy difícil reproducir un producto como BlaBlaCar. Hubo mucho trabajo pero también suerte. Estoy súper agradecido con cómo se desencadenaron las cosas”, ha considerado.
Y ha recordado: “Nació en Francia y se importa aquí con la crisis de 2007. Estoy contento de haber podido contribuir a dar una oportunidad de movimiento más barata”.
Rosso llegó a España hace dos décadas para trabajar en empresas como ingeniero industrial y en informática. En el ecuador de su estancia, durante la crisis de 2007, decidió tirarse “a la piscina” como padrino inversor en el mundo del emprendimiento digital.
Década increíble
Rosso considera que en “los últimos seis meses, un año”, ha habido “un frenazo” en el desarrollo del emprendimiento digital en España tras una década de “un desarrollo increíble”.
“España se ha acercado, frente al retraso que tenía con Francia, Alemania y Reino Unido. Está un poco por detrás todavía, pero no paramos de ver proyectos, más gente que se anima a la inversión”, ha concluido, antes de participar en la feria de emprendimiento Startup Olé de Salamanca como uno de los ponentes principales. EFE
