Una mujer coloca flores ante una placa con los 144 fallecidos tras la rotura de la presa de Ribadelago (Zamora), con motivo del 65 aniversario del suceso. EFE/Mariam A. Montesinos

Flores en la nieve y un museo de recuerdo: 65 años de la tragedia de Ribadelago

Alberto Ferreras|Zamora (EFE).- Una ofrenda floral en un paisaje nevado, una misa en memoria de los fallecidos y la mirada puesta en el museo que próximamente se inaugurará en recuerdo de la tragedia han servido este martes para conmemorar el 65 aniversario de la muerte de 144 vecinos de Ribadelago (Zamora) por la rotura de una presa.


Esa localidad quedó anegada la madrugada del 9 de enero de 1959 al quebrarse la presa de Vega de Tera tras su primer llenado, lo que hizo que una riada de ocho millones de metros cúbicos de agua bajara por la montaña, arrasara este pueblo situado a orillas del Lago de Sanabria y acabara con la vida de más de una cuarta parte de los vecinos que entonces tenía Ribadelago.


El mismo dolor


65 años después el dolor persiste entre los supervivientes de aquella catástrofe que aún viven, algunos de los cuales han asistido al oficio religioso celebrado al mediodía en la iglesia de Ribadelago.


Posteriormente, en una jornada fría y desapacible como en la que ocurrió la tragedia se ha desarrollado una ofrenda floral junto al monumento que existe en la localidad en recuerdo de los 144 fallecidos, en el que figuran los nombres de todos ellos.


En el acto ha estado presente el alcalde de Galende, el ayuntamiento al que pertenece Ribadelago, José Manuel Chimeno, que ha señalado a EFE que en los próximos meses se inaugurará un museo para evitar que se olvide lo sucedido y a las víctimas de la tragedia, frente a la falta de justicia por lo ocurrido porque “al final los culpables se salvaron”.

Fotografía de archivo de la presa de Vega de Tera en la localidad de Ribadelago (Zamora) . Una ofrenda floral en un paisaje nevado, una misa en memoria de los fallecidos y la mirada puesta en el museo que próximamente se inaugurará en recuerdo de la tragedia han servido este martes para conmemorar el 65º aniversario de la muerte de 144 vecinos de Ribadelago (Zamora) por la rotura de la presa. EFE/ARCHIVO/ Mariam A. Montesinos


Responsabilidades sin depurar


Ha hecho alusión de esa forma a que apenas se depuraron responsabilidades y los únicos condenados por lo sucedido luego fueron indultados pese a que en la construcción de la presa hubo “un descontrol total”.


Chimeno, que entonces era un niño, conoce lo ocurrido por los testimonios de su tío, que participó en la construcción de la infraestructura hidráulica y le confesó que “no se hizo cimentación suficiente y el hormigón se echaba sin limpiar, iba de cualquier manera”.


Sin embargo, la depuración de responsabilidades quedó silenciada por el régimen franquista al tratarse de un suceso que ensombrecía la época de la España de los pantanos y el desarrollismo.


Testimonio de una superviviente


María Jesús Otero Puente, que mantiene en la retina el recuerdo vivido como superviviente de la tragedia cuando tenía diez años, ha declarado que la única pequeña parte positiva es que a raíz de aquella tragedia comenzó a existir más control, más vigilancia y más normativa a cumplir en la construcción de nuevas presas.


Esta superviviente que actualmente reside en Madrid y que es autora de los libros “Tráeme una estrella. Tragedia de Ribadelago” y “El bramido del Tera”, ambos de ediciones Hontanar, ha entrevistado a medio centenar de vecinos que como ella vivieron la desgracia en primera persona y prepara un tercer título que complete la trilogía.


Otero Puente ha confesado a EFE que 65 años después aún ve en su mente “con claridad” lo ocurrido aquella noche y su único consuelo es que aún no se ha olvidado, se mantiene la memoria de los que fallecieron y todavía se difunda lo ocurrido.


Aunque han pasado 65 años, María Jesús Otero ha confesado que hay épocas en las que no se quita de la cabeza la imagen de algunas víctimas, como la señora Paca, o la que había sido su mejor amiga, Angelita.


Su padre murió cuando ella aún no había nacido y su madre, su hermana y ella fallecieron en la tragedia de Ribadelago. Por ellas y por las otras 141 víctimas llora este martes Ribadelago. EFE