Un cofrade limpia la talla del Cristo de las injurias en la catedral de Zamora este sábado. Un sistema de cuerdas y poleas, guiado desde las alturas, permite elevar a esta imagen en la catedral de Zamora para colocarlo en la mesa procesional en la que tiene previsto desfilar el miércoles. EFE/Mariam A. Montesinos

El Cristo de las Injurias se eleva por la catedral de Zamora: todo listo para el desfile

Zamora (EFE).- Un sistema de cuerdas y poleas guiado desde las alturas ha permitido este sábado elevar al Cristo de las Injurias en la Catedral de Zamora para colocarlo en la mesa procesional en la que tiene previsto desfilar el Miércoles Santo en la conocida como procesión del Silencio.


La compleja operación de descendimiento, traslado, elevación y encaje de la expresiva talla del Crucificado del siglo XVI que da nombre a la Real Hermandad del Santísimo Cristo de las Injurias se ha prolongado durante una hora en la seo zamorana.
Una vez concluida, la veintena de cofrades encargados de la operación han respirado tranquilos: la operación ha salido bien y ya está todo listo para el desfile. Ahora, la incertidumbre está en la meteorología.


El ritual, que se hace abierto al público que desee asistir a presenciarlo, ha sido seguido por la mirada atenta de dos centenares de personas.


El presidente de la cofradía, Rufo Martínez de Paz, ha explicado a EFE que hasta el año 2000 esa operación se realizaba en secretismo, sin comunicar previamente cuando iba a hacerse y contratando una cuadrilla de trabajadores para ello.

Cofrades se preparan para izar al Cristo de las injurias en la catedral de Zamora este sábado. Un sistema de cuerdas y poleas, guiado desde las alturas, permite elevar a esta imagen en la catedral de Zamora para colocarlo en la mesa procesional en la que tiene previsto desfilar el miércoles santo en la conocida, como procesión del silencio. EFE/Mariam A. Montesinos


Entonces se acordó abrirlo a los fieles y se ha llevado a cabo de forma ininterrumpida año tras año, salvo el del confinamiento.
Incluso en 2021, cuando no hubo procesiones se acordó llevar a cabo un acto de veneración, que incluía el ritual de bajar al Cristo de las Injurias del altar de la capilla de San Bernardo de la Catedral.


El momento más complejo tiene lugar cuando la talla es elevada por encima de la mesa procesional para encajar la cruz en el hueco habilitado para ello de cara al desfile.


Rufo Martínez de Paz ha admitido que se trata de una operación “complicada”, ya que aunque el sistema de cuerdas y poleas está diseñado para aguantar pesos mucho mayores que los cerca de cien kilos que pesa el crucificado, se trata de una imagen “muy valiosa, de un objetivo de devoción muy importante y no quieres que le pase nada”, ha declarado.

Con mucho cuidado

Por ello, la operación se ha realizado “con mimo y con mucho cuidado” por parte de cofrades que llevan haciéndolo muchísimo tiempo, pese a lo cual siempre tienen el “nervio” porque quieren que todo salga bien.


“Cuando está colocado en la mesa descansas, es un momento, más que tenso, intenso”, ha comentado el presidente de la conocida popularmente como cofradía del silencio de Zamora.


Aunque ya todo está listo para el juramento y el posterior desfile que arranca de la Catedral al atardecer del Miércoles Santo, las miradas de los cofrades están puestas ahora en la climatología, aunque “solo queda confiar y reza”, ha apuntado sobre la posibilidad de la lluvia pueda aguar la procesión. EFE