Inés Morencia |
Valladolid (EFE).- Son ya 25 años de «Motauros», la concentración más familiar, en la que se dan cita todos, sin excepción de ningún tipo, «porque es un ambiente que se quiere compartir con el mayor número de amigos posible», y por eso, nadie se queda fuera de esta aventura.
La pareja formada por Carmen y Marcos lo tiene claro: no se van a ningún sitio sin su inseparable mascota: un chihuahua llamado Neno que, a sus 18 meses, ya está acostumbrado a viajar en moto con sus amitos y que tampoco se ha querido perder su primera vez en la reunión tordesillana.
Tanto para él como para Carmen es su primera toma de contacto en «Motauros», donde han llegado procedentes de Ourense, aunque en este caso en coche, para poder llevar todo lo que querían y para que Neno viajara más cómodo y no pasase tanto frío.
Allí está como si fuera su casa, paseando por el pinar de Valdegalindo, arrimándose a la hoguera para coger un poco de calor y, de nuevo, salir a investigar a los vecinos para que no se descontrolen, aunque en esta cita motera se vela por garantizar el descanso de los participantes.
Desde un poco más lejos, concretamente, Alsacia, llegó Thierry, quien está acompañado por los integrantes del club «Los leones», de Aranda de Duero, habituales de la concentración, y que asegura que va a repetir, porque le ha gustado mucho el ambiente que se vive en la acampada y en los conciertos.

Solitarios, en grupo… hay sitio para todos
A medida que uno va recorriendo las instalaciones va añadiendo contactos para los siguientes años, tanto «solitarios» que prefieren tomarse estos días como un descanso por y para ellos pero a los que les gusta interactuar con otros moteros fieles a la concentración, como los que acuden en grupo, más o menos numeroso.
Son muchos clubes los que forman parte de la familia de «Motauros», como «paketorros», «Los del ruido», «Moteros de nevera», «Javalís do asfalto o Vale Do Sousa» -ambos de Portugal-, «los del lío riders» o «Mustache bastards», y todos ellos organizados con sus carpas, tiendas, comida, bebida y sus ganas de pasarlo bien.
También les hay que no pertenecen a ningún club o asociación, como Ginés, Juanjo, Diego, Ramón, Joaquín y Andrés, que salieron el jueves desde Águila (Murcia), con 15 grados, y encontraron uno bajo cero en Tordesillas, aunque eso no ha frenado su entusiasmo.
Una buena hoguera, mantas, ropa de abrigo, y jamón que, en día y medio, había ya casi desaparecido, vermú casero y su cerveza «Estrella de Levante», con la que también viajaron para ir a «Pingüinos» el pasado año y, el que viene, probarán en la reunión de Cantalejo, «para probar todas y ya luego elegir la que más les guste.

Un recuerdo para los que no están
Otros compañeros, murcianos como ellos, han reunido un grupo de 20 amigos, con una media de edad de 45 años, que en esta especial edición de «Motauros» han querido recordar y rendir homenaje a «Tone», motero fallecido, «de esas personas a las que todo el mundo quiere y que ha dejado un vacío increíble».
Un cartel con una foto suya domina su espacio de acampada y además llevarán su memoria al desfile de antorchas, en el que se recuerda a los que ya no están, en el momento más emotivo de la reunión motera, que acuden a presenciar miles de personas.
Como bien apuntaba uno de ellos, Manolo «el yayo», este año «Tone» no ha podido viajar con ellos para volver a disfrutar de una cita a la que acudía con el resto de manera habitual, pero siempre estará presente y seguirá viviéndola a través del recuerdo de sus amigos.
«Mago de Oz» y «Obús» llenaron la carpa principal de «Motauros», que ya ha superado los 17.000 participantes, y aún quedan dos días para seguir añadiendo anécdotas y experiencias a la mochila, con excursiones, charlas, exhibiciones y más conciertos. EFE