Álvaro Retortillo, director General de la Fundación Santa María la Real, presenta el encuentro por la Salud Mental Juvenil y la empleabilidad en Castilla y León, organizado por esta institución. EFE/Nacho Gallego

Estudio detecta “una brecha de género importante” en salud mental de las jóvenes sin empleo de Castilla y León

Valladolid (EFE).- El 60,6 por ciento de las jóvenes de Castilla y León en situación de desempleo tiene riesgo de sufrir problemas de salud mental, frente al 41,2 de los hombres, lo que evidencia “una brecha de género importante” en el riesgo de mala salud mental de 19,4 puntos, que se eleva a 26 en los casos de empleos precarios y 19 en los que no lo son, según el estudio presentado este martes la Fundación Santa María la Real.

Estos son algunos de los datos del informe de investigación social “Salud Mental y Empleabilidad Juvenil en Castilla y León” que la Fundación ha presentado este lunes en Valladolid dentro de un encuentro por la Salud Mental Juvenil y la empleabilidad.
El estudio se ha realizado sobre una encuesta formato online a 216 jóvenes de entre 16 y 35 años de Castilla y León, el 41,2 por ciento en situación de desempleo y con una edad media de 28,91 años.

El presidente de la Fundación Santa María la Real, Ignacio Fernández, y la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, a su llegada al encuentro por la Salud Mental Juvenil y la empleabilidad en Castilla y León. EFE/Nacho Gallego

Castilla y León tiene la mayor tasa de depresiones en jóvenes de más de 15 años

Y, de acuerdo a los datos del estudio recogidos por EFE, el estudio se centra en esa comunidad por ser la comunidad autónoma con la mayor tasa de cuadros depresivos en población mayor de 15 años, con un 10%.

Según, los datos proporcionados por el Ministerio de Sanidad en 2022, se estima que el 17,9% de los jóvenes mayores de 15 años en Castilla y León podrían enfrentar en general problemas de salud mental; y en lo laboral la tasa de desempleo juvenil asciende a 29,7% en el grupo de 20 a 24 años.

Y de acuerdo con los datos de defunciones, en Castilla y León fallecieron más jóvenes entre 15 y 39 años a causa del suicidio (34 jóvenes) que por cualquier otra causa externa de mortalidad, según los datos del INE del 2022.

El estudio detecta que son los jóvenes de entre 30 y 35 años desempleados los que tienen mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental, en un 60 por ciento.

Lo que dejó la pandemia: una trayectoria laboral quebrada y aislamiento

Aunque el problema de salud mental en los jóvenes viene de antes, ya que tiene que ver con el problema de socialización laboral, la pandemia lo ha acentuado al quebrar una trayectoria laboral que era lineal y ascendente, con unas expectativas peores a la hora de acceder a un empleo que se adapte a cada uno, agravado por la sensación de aislamiento, ha explicado el director de la Fundación, Álvaro Retortillo en la rueda de prensa en la que se han dado algunos datos del estudio.

La pandemia ha sido como una espiral que ha agravado el problema con una discontinuidad laboral de dos o tres años en el empleo de los jóvenes, ha incidido, lo que ha afectado de forma más negativa a su salud mental.

Los jóvenes con estudios medios y bajos, más afectados

En cuanto al nivel de estudios, esto afecta más a los jóvenes con estudios bajos y medios, jóvenes con una mayor vulnerabilidad, pero no deja fuera a todo tipo de jóvenes, es decir, que también afecta a personas con estudios altos y de todas las condiciones sociales, ha detallado la directora del área de empleo de la Fundación, Natalia Serrano.

El estudio recoge que el 64,4% de las personas jóvenes en situación de desempleo que pertenecen a la clase social baja tienen riesgo a padecer problemas de salud mental, frente al 50% de quienes señalan ser de las clases sociales media y alta.

Han sido los propios encuestados los que se han autodiagnosticado sobre cómo se encuentran en cuanto a ansiedad, depresión o estrés, que son los cuadros que más les afectan y que se pueden agravar con el tiempo y derivar a una enfermedad mental, ha explicado Serrado.

El contexto rural: otra capa negativa en la salud mental

Con respecto al grado de urbanización de la juventud encuestada, el contexto rural en Castilla y León añade una capa adicional y afecta negativamente a la salud mental, ya que se elevan al 62,9 por ciento los jóvenes desempleados de zonas rurales e intermedias que pueden caer en riesgo de salud mental, el 9,2 por ciento más que los que viven en las urbanas.

Asimismo, en los encuestados el nivel de satisfacción con la vida (muy y bastante satisfecho/a) aumenta si las condiciones laborales son favorables; y sube 15,1 puntos porcentuales entre los/as jóvenes en precariedad laboral severa (56,7%) respecto a quienes están en desempleo (41,6%). Una satisfacción que aumenta 3,3 puntos más entre los que no se encuentran en precariedad severa (60%).

Los programas para el empleo: reducen el riesgo

El estudio también constata que el riesgo de tener un problema de salud mental es mayor en los jóvenes que no han participado en un programa de empleo (65,1%) que entre los que lo han hecho, donde se reduce al 40,5 por ciento, de ahí que una de las recomendaciones del estudio sea el impulsar los programas de empleo que incorporen esa perspectiva de salud mental y bienestar emocional.

La falta de un empleo, según los especialistas consultados para el estudio, “suponen una quiebra en las aspiraciones profesionales de los jóvenes” y conducen a una pérdida de confianza en el futuro y a la “frustración, desesperación y desilusión”, abriendo la puerta a “depresiones, ansiedad y falta de control en sus vidas”.

La presentación del estudio, dentro de la faceta más moderna de la fundación de empleo e inclusión social, según ha referido su presidente, Ignacio Fernández Sobrino, ha contado con el respaldo de la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, y con el CES, cuyo presidente, Enrique Cabero, ha señalado el informe como “oportuno e acertado”, y que debe ser estudiado para llegar a medidas acertadas al respecto. EFE