El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (d), acompañado por el primer secretario y portavoz del PSC en el Parlament, Salvador Illa (i) en una imagen de archivo. EFE/Quique Garcia

Así se gestó el acuerdo presupuestario entre el Govern y el PSC

Àlex Cubero
Barcelona (EFE).- Ocho horas de reuniones entre lunes y martes, contactos telefónicos entre el presidente de la Generalitat y el líder del PSC y el visto bueno de las cúpulas de sus partidos fueron claves para cerrar un acuerdo presupuestario que tuvo un movimiento que lo desencadenó todo: la cesión para aceptar la B-40.
Pere Aragonès y Salvador Illa escenifican en la tarde de este miércoles la firma de un acuerdo presupuestario que, unido al ya acordado hace semanas con los comunes, permitirá al gobierno catalán aprobar las cuentas catalanas de 2023 y tomar oxígeno para la legislatura, pese a su situación de fragilidad parlamentaria.
Pero, ¿en qué momento empezó a gestarse el acuerdo definitivo entre Esquerra y socialistas? Esta es la cronología de cómo se cerró el pacto presupuestario, según han relatado a EFE diversas fuentes conocedoras de las negociaciones:

Miércoles 25: El enfado de Illa

Tras más de veinte reuniones desde finales de otoño, fuentes consultadas admiten que éstas entraron en un punto crítico durante el pleno del Parlamento catalán de la pasada semana, cuando Illa evidenció su enfado en la sesión de control al president por los intentos de ERC de presionar al PSC a través de la Moncloa.
Illa espetó a Aragonès que los presupuestos se tramitan y debaten en el Parlament y no en otros foros. “A menudo es mejor hablar de menos que de más”, advirtió, mostrando su malestar por las duras palabras de Gabriel Rufián en el Congreso presionando para los presupuestos, como también al hecho de que Aragonès planteara esta cuestión al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la cumbre hispanofrancesa de la semana anterior.

Jueves 25: La B-40 lo cambia todo

Pero si en algo coinciden todas las fuentes es que el movimiento clave llegó el jueves, cuando ERC cedió y, de forma inesperada, votó a favor de una moción de los socialistas a favor de ejecutar las obras de la B-40 en el Vallès, condición indispensable de los socialistas, pero que generaba fuerte rechazo entre los republicanos.
Los días anteriores ERC había intentado sin éxito pactar una enmienda para llegar a un punto medio; conscientes de que la votación en el pleno iba a evidenciar una mayoría favorable a esa infraestructura, apoyada también por los principales alcaldes de la zona, los republicanos acabaron aceptando que debían aceptar esa demanda socialista si querían desencallar los presupuestos.
Aragonès compareció para asumir el “coste político”. Illa reconoció después el “paso adelante” del Govern y emplazaba a retomar las negociaciones el lunes. El congreso de ERC del sábado en Lleida, con una gran ovación de las militancia republicana a Aragonès, disipaba las posibles críticas internas y allanaba el camino.

Lunes 30: El esprint negociador

La reanudación de las reuniones el lunes evidenció el vuelco en la dinámica negociadora: las conselleras Laura Vilagrà y Natàlia Mas y la socialista Alícia Romero, junto a sus equipos respectivos, se encerraron cuatro horas durante la mañana y dos horas más durante la tarde para un análisis en profundidad del proyecto presupuestario.

La consellera de la Presidencia, Laura Vilagrà, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este miércoles en el Palau de la Generalitat, en que se ha anunciado que el Govern de Pere Aragonès y el PSC han alcanzado finalmente un acuerdo que permite desbloquear la aprobación de los presupuestos de la Generalitat para este año.
La consellera de la Presidencia, Laura Vilagrà, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este miércoles en el Palau de la Generalitat, en que se ha anunciado que el Govern de Pere Aragonès y el PSC han alcanzado finalmente un acuerdo que permite desbloquear la aprobación de los presupuestos de la Generalitat para este año.


El objetivo era acelerar la negociación. Fuentes del Govern apuntan que la actitud de los socialistas era distinta y su predisposición más positiva; desde esa formación, en cambio, se asegura que su talante siempre ha sido el mismo, pero sí reconocen que el movimiento de ERC con la B-40 supuso un antes y un después.
De hecho, la ejecutiva del PSC, en su reunión habitual de ese mismo día por la mañana, ya dio su aval a Illa para cerrar un acuerdo si era necesario. El lunes acabó sin ese pacto, pero ambas partes se citaron al día siguiente. Quedaban, ahora sí, “los últimos flecos”.

Martes 31: El pacto, encarrilado

La reunión celebrada por los negociadores entre las 12:30 y las 14:30 horas de ayer martes se considera casi definitiva y, de hecho, tras ella, Aragonès e Illa (que ya se habían intercambiado varios mensajes y llamadas telefónicas el día anterior) mantuvieron una conversación telefónica que las fuentes consultadas interpretan que prácticamente sirve para certificar que el pacto está encarrilado.
En la calle Calàbria, la dirección de ERC se reunió de forma extraordinaria y da luz verde, si bien por la tarde prosiguen los contactos entre los equipos, ya no de forma presencial, sino a través de correos y llamadas para ir puliendo los últimos detalles.
Los republicanos respiraban tranquilos y eso se notó en las caras relajadas durante un acto del alcaldable de ERC en Barcelona, Ernest Maragall, a última hora de la tarde junto a Aragonès. “Yo mi trabajo ya lo he hecho”, admitía en una conversación informal la consellera Vilagrà, jefa del equipo negociador del Govern.

Miércoles 1: El anuncio

En un movimiento a última hora del martes, el número dos de JxCat, Jordi Turull, envió una carta a Aragonès a medianoche ofreciendo a su partido para un pacto, una misiva que sale a la luz hoy miércoles por la mañana, minutos antes de que Govern y PSC anuncien su acuerdo.
A primera hora se acaban de pactar cuestiones comunicativas: a las 8:25 horas, Illa convoca una comparecencia en el Parlament, sin que aún hubiera trascendido el acuerdo; 20 minutos después, ambas partes lo anuncian simultáneamente a la prensa; a las 9 horas, el líder del PSC comparece ante los medios; a las 10.30 horas lo hace Vilagrà.
En todo caso, ambas partes siguen negociando a lo largo de la mañana detalles relativos a inversiones territoriales, que se añadirán en un anexo esta tarde, durante la rúbrica del acuerdo entre Aragonès e Illa. Foto, firma y apretón de manos para culminar casi tres meses de negociaciones.