Yolanda Fernández, vecina de Sants (Barcelona), en la imagen, es uno de las centenares de trasplantados de pulmón en Cataluña que gracias a los espirómetros portátiles donados a la red pública podrá tener una nueva vida sin visitas periódicas al hospital, un lugar de alto riesgo para su sistema inmunodeprimido.

Una nueva vida con espirómetros de bolsillo para los trasplantados de pulmón

Barcelona (EFE).- Yolanda Fernández es una de las centenares de personas trasplantadas de pulmón en Cataluña que, gracias a los espirómetros portátiles donados a la red pública, podrá tener una nueva vida sin visitas periódicas al hospital, un lugar de alto riesgo para su sistema inmunodeprimido, ha explicado a EFE tras hacerse con uno.

Hasta 1.100 espirómetros domiciliarios están ya a disposición de los hospitales Vall d’Hebron, Parc Taulí y Sant Joan de Déu a través de una donación de la fundación privada Daniel Bravo Andreu.

Estos aparatos permiten realizar en casa la prueba más importante para valorar la capacidad respiratoria, esto es, detectar exacerbaciones pulmonares y evaluar la respuesta al tratamiento en pacientes trasplantados de pulmón o con patologías respiratorias como fibrosis quística, asma grave u otras enfermedades crónicas minoritarias.

En declaraciones a EFE, Yolanda Fernández, vecina del barrio de Sants de Barcelona y trasplantada bipulmonar hace cerca de cinco años, destaca las facilidades para controlarse con el espirómetro, que a través de una aplicación gratuita en el móvil registra unos resultados que puede ver directamente su doctora de Vall d’Hebron.

“Representa un gran avance para mí no tener que ir al hospital, porque es un foco de virus y bacterias para pacientes como yo”, cuenta Fernández, que tras su trasplante, fruto de una enfermedad hereditaria, tuvo que dejar de lado su anterior trabajo como profesora infantil precisamente por la carga viral que se acumula en las aulas.

Pasados los años, Fernández, que es ahora presidenta de la asociación Aire de enfermos pulmonares, lleva una “vida normal” y disfruta jugando al pádel, entre otras actividades físicas.

“Después de los partidos de pádel me mido con el espirómetro, por ejemplo, para quedarme tranquila de que estoy bien”, cuenta.

Su doctora en Vall d’Hebron es la especialista en trasplante de pulmón Cristina Berastegui, que ha explicado a EFE que realizaron una prueba piloto en los últimos meses con 100 espirómetros para asegurarse de que la prueba en casa tiene la misma credibilidad y eficacia que la realizada en el centro hospitalario.

“Que los tengan en casa es una gran ventaja porque podemos monitorizarlos sin hacerlos venir físicamente al hospital. Es una prueba muy sencilla. Tras colocarse una pinza en la nariz, empiezan una gran aspiración hasta que suena un pitido. Los resultados aparecen en la aplicación que se descargan en el móvil”, explica.

Las pruebas se registran en una “nube” de acceso para los médicos y así pueden ver si todo va bien con los nuevos pulmones. Los que acaban de ser operados deben hacer la espirometría cada semana, y los que llevan ya años trasplantados, como Yolanda, se recomiendan que se midan cada quince días.

La unidad de la doctora Berastegui en Vall d’Hebron es la que más trasplantes de pulmón realiza al año, entre 100 y 120, aproximadamente.

Los pacientes pediátricos pueden también acceder al espirómetro domiciliario. El doctor Antonio Moreno, jefe de Servicio de Pediatría y de Neumología Pediátrica y Fibrosis Quística de Vall d’Hebron, destaca que “los más pequeños miden su función pulmonar en forma de juego y lo incorporan como una rutina, y los adolescentes mejoran el autocuidado y la responsabilidad sobre su enfermedad pulmonar”.