JOSE OLIVA/ Barcelona (EFE).- La actriz y activista norteamericana Susan Sarandon, la estrella invitada de la 7ª edición del BCN Film Fest, ha apuntado este lunes en Barcelona que existe una probabilidad muy grande de que Donald Trump sea elegido presidente de EE. UU. y lo atribuye a que “los demócratas llevan años perdiendo a la clase trabajadora”.
En un encuentro reducido con la prensa, Sarandon, todo un ejemplo de elegancia y cercanía, vestida con americana, pantalones y mocasines blancos y unos calcetines con unas rosas, quién sabe si en honor a la jornada de ayer de Sant Jordi, ha dicho que “los demócratas no están siendo muy inteligentes y, mientras tanto, Trump se ha convertido en un modelo”.
Advierte de la “locura” de que el magnate vuelva a ocupar el despacho oval alguien que fue detenida en 2018 por protestar contra la política migratoria del entonces presidente Trump.
Estados Unidos, ha precisado, está mal informado y dividido y con muchas personas sin Seguridad Social y en la bancarrota por problemas de salud, a los que se suman las armas y la seguridad, el medio ambiente y unos jóvenes, que no se identifican ni con republicanos ni con demócratas, que demandan derechos que nadie está atendiendo.
Advierte la actriz, ganadora de un Oscar por “Pena de muerte”, que en su país “la gente ha dejado de creer en el gobierno, en las noticias, y mientras se envían cantidades millonarias a Ucrania”.
Ilustra muy bien la situación que “cuando sucedió el desastre medioambiental cuando descarriló un tren en Ohio, Trump estuvo allí repartiendo dinero y agua, y Biden no fue. Los demócratas han estado perdiendo durante años a la clase trabajadora, no están haciendo frente a los problemas económicos, se centran solo en lo cultural y con eso no sé si van a conseguir que la gente vaya a votarlos”.
En su perfil de Twitter, Sarandon se define como “madre, activista y actriz”: “Es mi orden de prioridades, ya que he sido más tiempo activista que actriz y siempre madre”.
Sobre la icónica “Thelma & Louise” (1991), que hoy se proyecta en el festival, Sarandon está encantada de que se haya convertido en un “símbolo feminista para las nuevas generaciones, aunque ni Ridley Scott ni nosotras pensamos en ello al hacerla”, y pudo constatar esta nueva perspectiva cuando llevó a uno de sus hijos a ver el Gran Cañón “sin saber que era el aniversario de la película y allí me encontré a un montón de mujeres celebrándolo”.
Sarandon también ha precisado que “se ha de tener cuidado con lo que haces porque puedes acabar haciendo una película homofóbica o que justifique la violencia. Es como cuando se explica la Historia, está siempre contada desde el punto de vista de los conquistadores”.
La actriz que nunca quiso ser actriz ha trabajado a las órdenes de grandes directores, desde Billy Wilder, Sidney Lumet, Ridley Scott, Louis Malle, Joel Schumacher, Tim Robbins, Paul Haggis o Robert Benton.
A pesar de que no le gusta decantarse por ninguna de sus películas, sí menciona “Pena de muerte” y “The Rocky Horror Picture Show”, y en el cine valora las películas que, como “El show de Truman”, “invitan al debate, proporcionan información, permiten identificarte con alguien diferente a ti o abrirte a un punto de vista algo distinto a tu experiencia diaria”.
A pesar de haber trabajado con directores que antes fueron actores como Robert Redford, John Turturro o Tim Robbins, no se plantea la posibilidad de dirigir: “No me lo pasaría bien, no me gustan las interferencias de los estudios y no me importan dónde están aparcados los coches, me importan al final del día las personas”.
Y añade: “Hago muchas sugerencias, estoy llena de ideas, y además me gusta pasarlo bien, pero lo hago desde el asiento de atrás, no como conductora del coche, sobre todo, en este momento de mi vida. Ahora que mis hijos son mayores, quiero pasar tiempo con ellos, divertirme”.
Para ser director, afirma, “tienes que fijarte tanto en los detalles y tener tanta paciencia con todas las personas que interfieren, con el modo en el que se vende, en que se edita”, que no lo ve factible.