Obras icónicas de civilizaciones antiguas se yuxtaponen a otras de arte contemporáneo de artistas como Henri Matisse, Goya, Manet, Tàpies o Durero en la nueva exposición que se inaugura en CaixaForum Barcelona, "La imagen humana. Arte, identidades y simbolismo", que explora la representación del ser humano a lo largo de la historia del arte.

Una exposición en el CaixaForum muestra que la imagen humana se ha representado desde siempre

Barcelona (EFE).- Obras icónicas de civilizaciones antiguas se yuxtaponen y dialogan con otras de arte contemporáneo en la nueva exposición de CaixaForum Barcelona, “La imagen humana. Arte, identidades y simbolismo”, en la que se constata que la representación del ser humano se ha producido a lo largo de la historia. Quinta colaboración de la Fundación “la Caixa” y el British Museum, este martes el comisario Thomas Cummins ha defendido que el cuerpo humano ha servido siempre como “vehículo universal de transmisión de ideas”, a la vez que ha considerado “innato” el hecho de representarlo, ya fuera hace 35.000 años, ya sea en un pueblo perdido de Asia o en otro a sus antípodas, lo haga un niño de parvulario o un artista consagrado. Tras su paso por Madrid, Sevilla, Zaragoza y Palma, ahora recala en la capital catalana esta muestra -que aquí se aplazó por la pandemia de coronavirus- con un total de 151 obras, de las que 140 pertenecen al British, hay ocho de la colección de arte contemporáneo de la Caixa, una instalación del MACBA y otra del Museo del Prado, con la novedad en este recorrido de la obra de la canadiense Geneviève Cadieux, “Hear me with Your Eyes”.Cummins ha explicado que la intención es centrarse en la “representación e interpretación del cuerpo humano en diferentes culturas y a lo largo de la historia”, a través de cinco secciones: Belleza ideal, Retratos, El cuerpo divino, El cuerpo político y La transformación corporal. El público que acuda a la falda de la montaña de Montjuïc se encontrará nada más entrar con lo que podría ser el retrato más antiguo de la historia, un cráneo humano modelado, procedente del antiguo Jericó, en la actual Cisjordania, de hacia el 8.000 a.C, del que destaca que le fue extraída la mandíbula inferior, reemplazada por una capa de yeso, y en sus órbitas cuenta con unas conchas a manera de ojos.Los expertos creen que este cráneo y otros parecidos se convertían en imágenes conmemorativas de individuos que después de muertos eran elevados a la condición de ancestros venerados. La preocupación por el ideal de belleza también se muestra en este proyecto expositivo, con figuras idealizadas de la antigua Grecia y Roma, como una escultura del dios Pan asociado con Dionisio, o una estatua sepulcral de un funcionario egipcio de final del Imperio Antiguo de Egipto de entre 2345 y 2181 a.C. Figuras voluptuosas de mujeres del 5000 a.C del norte de Siria e Irak junto a representaciones femeninas modernas como las que aparecen en la litografía de Henri Matisse “Nu au coussin bleu”, de 1924, también llaman la atención, igual que un grabado de la serie de los Caprichos de Goya que permite reflexionar sobre la explotación de la belleza femenina y lo efímero de la juventud. ISABEL LA CATÓLICA, OBAMA, TRUMP Y MAO TSE TUNGTodo cabe en esta exposición sobre la representación humana, desde un lienzo de gran formato de Isabel la Católica de Luis Madrazo, a una chapa y un pin de apoyo electoral de Barack Obama y Donald Trump, o una estatuilla de Mao Tse Tung, quien permitió la producción de centenares de miles de figuras suyas como “manera de legitimar su poder para, supuestamente, ayudar a su pueblo a progresar”, en palabras del comisario. Piezas de Manet, Tàpies, Albrecht Dürer, Christopher Williams, Vanessa Beercroft o Tom Wesselmann se encuentran en los diferentes espacios de la exposición junto con los “Mensajeros divinos: estudio de ángeles”, de Rafael, demostración de que las obras de arte suelen representar a los ángeles con figura humana, aunque con alas.Al lado de este Rafael, se ha ubicado “La agonía de Cristo: Las tres cruces”, de Rembrandt, con la “frágil” figura de Cristo destacada en el centro, algo habitual en el cristianismo, que plasma a sus seres divinos “en sufrimiento” a diferencia de los dioses griegos que son “perfectos e inalcanzables”. En la exposición, cuya obra más reciente es de 2016, una serigrafía del artista iraní Parviz Tanavoli, también hay lugar para la impactante serie fotográfica de la yemení Boushra Almutawakel, “Mother, Daughter, Doll”, en la que puede verse la transformación de una madre musulmana, su hija y una muñeca, desde su vestimenta habitual hasta quedar completamente cubiertas con un burka y desaparecer.Con ganas de que sea interactiva en algunos de sus puntos, destaca, asimismo, la instalación del artista digital Rafael Lozano-Hemmer, “Recorded Assembly”, que utiliza técnicas biométricas para detectar y registrar los rostros de los visitantes que se detienen ante la obra.Por otra parte, en el espacio de El cuerpo transformado se incide en el papel de las máscaras para ritos y ceremonias, así como para ocultar la identidad del individuo. Uno de los cuadros que ha resaltado el comisario en este tramo final es el retrato de Charles d’Éon de Beaumont, conocido como el Chevalier d’Éon, aclamada figura transgénero en el Londres del siglo XVIII, que aquí aparece vestido de mujer con una Cruz de San Luís en el pecho, en lo que es un “ejemplo de travestismo”.

GRAFCAT2242. BARCELONA, 04/07/2023.- Obras icónicas de civilizaciones antiguas se yuxtaponen a otras de arte contemporáneo de artistas como Henri Matisse, Goya, Manet, Tàpies o Durero en la nueva exposición que se inaugura en CaixaForum Barcelona, "La imagen humana. Arte, identidades y simbolismo", que explora la representación del ser humano a lo largo de la historia del arte. EFE/Quique García