Hèctor Mariñosa
Tarragona, (EFE).- La bodega modernista de la localidad tarraconense de Rocafort de Queralt, la primera “catedral del vino” del arquitecto Cèsar Martinell, será rehabilitada por la Fundació Domenys, que la convertirá en un centro enoturístico y cultural, donde se ubicará el primer espacio de interpretación de su obra.
Este domingo se cumplen exactamente 50 años del fallecimiento de Martinell, un arquitecto nacido en Valls (Tarragona) en 1888 que fue discípulo de Gaudí, aunque durante su trayectoria transitó hacia el novecentismo, y que se especializó en construcciones agrarias, entre ellas unas bodegas denominadas por su belleza ‘catedrales del vino’, además de ser investigador y divulgador de la historia del arte.
La centenaria bodega, cuya primera nave se edificó en 1918 y a la que posteriormente Martinell añadió otras dos en 1931 y 1947, pasó en 2011 a la órbita de Cellers Domenys, una cooperativa de Sant Jaume dels Domenys (Tarragona) que ha absorbido otras 6 desde 2006 y que hace dos años constituyó una fundación para recuperar y aprovechar el valor de la joya modernista de Rocafort de Queralt.

El gerente de Cellers Domenys, Lluís Roig, ha explicado a EFE que el proyecto de restauración y rehabilitación de la bodega, que se inició hace dos años, “está definido y estructurado, y ahora estamos en la fase de presentarnos a las diferentes líneas de ayuda en las que pensamos que podremos recibir apoyo y financiación para tirar adelante la obra”.
Centro de promoción de la cultura del vino y primer Espai Martinell
La bodega de Rocafort de Queralt, que actualmente se sigue utilizando para la elaboración de vinos y cavas, se transformaría en un centro para promover la cultura del vino, el cooperativismo y el enoturismo, y que rendiría homenaje a Cèsar Martinell, un arquitecto cuya obra no ha sido suficientemente reconocida y que en algunos casos no se encuentra actualmente en buenas condiciones.
En este punto, Lluís Roig indica que Cellers Domenys apostó desde el primer momento por el valor arquitectónico del edificio y que ha llevado a cabo diversas inversiones cada año para reparar y conservar el tejado, la fachada o el depósito de agua, mientras se han adquirido terrenos adyacentes con vistas a la futura ampliación del entorno, donde se ubicaría también una viña.

Roig augura que todavía pasarán algunos meses hasta que se les concedan las esperadas subvenciones y se presente el proyecto a la asamblea de socios para que lo apruebe, y calcula que, “a partir de este punto, por la dimensión de la reforma, se necesitarán un par de años para desplegarla”.
Por el momento, la Fundació Domenys ya ha firmado un convenio con los descendientes del arquitecto en el que se establece “una colaboración para crear este Espai Martinell, donde se expondrá y divulgará su obra, no sólo la arquitectónica, sino también la literaria y ensayística que él asimismo produjo”, un espacio que se emplazará en una de las tres naves.
El proceso tradicional de elaboración del vino
El edificio albergará además una pequeña bodega para divulgar cómo se hacía el vino de la forma tradicional, por decantación de la uva en la parte superior, prensado en la planta baja y fermentación y crianza en los subterráneos, además de disponer de una agrotienda con todo el abanico de productos de Cellers Domenys.
Una de las naves que ya es ahora diáfana y abierta se adecuará como espacio polivalente para hacer conciertos, presentaciones de vinos y actos diversos que encajen dentro del espíritu cultural del proyecto.

“Evidentemente, se abre todo un abanico enoturístico y se contempla hacer visitas guiadas, demostraciones o presentaciones institucionales donde podamos explicar los orígenes del vino, del cooperativismo o la obra de Martinell”, remarca Roig.
Este espacio acogió recientemente un concierto en el que de forma sorpresiva participó el maestro Jordi Savall, en el marco de la firma de un convenio de patrocinio de Cellers Domenys, con la fundación del director y músico catalán, del festival de música antigua que organiza en verano en Montblanc, Poblet y Santes Creus.
La sinergia del proyecto con la figura de Jordi Savall
A este respecto, Lluís Roig no oculta que la colaboración con Jordi Savall “la queremos aprovechar, ya que es una forma también de posicionar este proyecto en el mundo porque es una figura internacional”.
Aún no está definido que Savall vaya a programar algún concierto en la bodega modernista, pero Roig apunta que “arquitectónicamente el espacio es una joya, tenemos la suerte de que tiene una acústica muy buena y el maestro quedó gratamente sorprendido y contento, por lo que la voluntad es ir trabajando y explorando poco a poco esta sinergia”.
En este sentido, añade que hay grandes posibilidades de continuar colaborando con Savall porque “tenemos muchos puntos en común, y la cultura de la música que él despliega, la cultura arquitectónica y la cultura del vino, en nuestro argot diríamos que conforman un ‘gran maridaje'”.