La editorial Enciclopèdia publica 'La piel de Barcelona', un libro inédito que el fotógrafo Francesc Català-Roca dejó maquetado antes de morir y que quedó arrinconado en su archivo, en el que, según su hijo Andreu Català Pedersen se muestra a "un fotógrafo excepcional". EFE/TONI ALBIR

‘La piel de Barcelona’, el libro póstumo del fotógrafo Francesc Català-Roca

Barcelona (EFE).- La editorial Enciclopèdia publica ‘La piel de Barcelona’, un libro inédito que el fotógrafo Francesc Català-Roca dejó maquetado antes de morir y que quedó arrinconado en su archivo, una obra que, según su hijo Andreu Català Pedersen, muestra a “un fotógrafo excepcional” que reclama “un reconocimiento internacional”.

‘La piel de Barcelona’, una coedición con el Ayuntamiento de Barcelona, es un proyecto que Català-Roca dejó prácticamente preparado y que fue encontrado en un armario que el fotógrafo tenía en su estudio que él llamaba “la incubadora”, “el lugar donde nacían todos sus ideas de nuevos libros”, explica su hijo en una entrevista con EFE.

Andreu Català subraya que Francesc Català-Roca “tuvo una dedicación total a la fotografía y eso hizo que se fuera adaptando a la evolución de la propia fotografía, desde el blanco y negro al color, y además siempre optó por el negativo en color, porque podía controlar mejor el proceso final”.

Su relación especial con Joan Miró también determinó esa decantación por el color, hasta el punto de que llegó a decir: “Si la fotografía se hubiera inventado en color, nadie habría echado de menos el blanco y negro, que él equiparaba al latín, que había estado en el origen de muchas lenguas pero que hoy nadie hablaba”.

La editorial Enciclopèdia publica ‘La piel de Barcelona’, un libro inédito del fotógrafo Francesc Català-Roca. EFE/ Toni Albir

‘La piel de Barcelona’ es una declaración de amor a Barcelona, la ciudad en la que vivió y murió en 1998 y a la que dedicó en vida cuatro libros, el primero en 1954 con textos de Lluís Romero, en el que “se avanza al William Klein y el Robert Frank que comenzaron los libros de ciudades como Nueva York o París, y con más mérito, pues hasta 1956 no llegaron a España las influencias internacionales”.

Frente a nombres muy conocidos de la fotografía, como Robert Capa o Cartier Bresson, Andreu Català ve a su padre como “un fotógrafo más completo, capaz de revelar en el laboratorio sus carretes, positivar, reencuadrar las fotos, utilizar diferentes ópticas, así como toda una suerte de técnicas y trucos que había aprendido junto a su padre, el también fotógrafo Pere Català Pic”.

Junto a su progenitor, aprendió los picados y contrapicados, los juegos de luz, los trucos de laboratorio, recuerda Català Pedersen.

Más de 200 imágenes de Barcelona

El libro recoge en un primer volumen más de 200 imágenes de Barcelona que el autor hace dialogar entre ellas en una sucesión de dobles páginas y “esa confrontación de fotografías requiere una posición activa del lector para un mayor goce”.

Como Català-Roca consideraba que “el texto ensuciaba las imágenes”, en la presente edición se ha incluido un segundo volumen de anexos, en el que se contextualiza el proyecto, se habla del fotógrafo y se reproduce el capítulo de sus memorias donde explica su relación con la ciudad de Barcelona.

Català-Roca, apunta su hijo, perteneció a “una generación de fotógrafos extraordinarios como Oriol Maspons, Leopoldo Pomés, Xavier Miserachs, Colita, Ramón Masats, que descartaron el pictorialismo, no querían ser pintores, buscaban la idiosincracia de la fotografía, una generación que se merecería un museo en Barcelona, donde además nació la fotografía en España en el siglo XIX”.

Andreu Català espera que el reciente acuerdo de adquisición con la Generalitat para formar parte de la Colección Pública permita reactivar la digitalización del fondo fotográfico de su padre, formado por 167.701 negativos en blanco y negro y color, 3.109 diapositivas en color, unas 14.000 hojas de contacto y unas 2.000 copias de época.

Al margen de la preservación y conservación de la obra, el hijo del fotógrafo reclama “una mayor proyección y el fomento de la investigación, pues hasta la fecha no hay ni una sola tesis sobre Català-Roca, y apenas se ha hecho nada para darlo a conocer fuera”.

No descarta Andreu Català nuevas sorpresas, pues hay mucha obra inédita y en esa línea de darlo a conocer a nivel internacional, junto con Enciclopèdia ya está trabajando en un nuevo proyecto de libro centrado en las fotos que hizo en Nueva York.

Otras posibles publicaciones podrían recoger el trabajo que hizo el fotógrafo de Valls por la geografía española o por Latinoamérica.

En los próximos años, añade, nuevas exposiciones pueden contribuir a esa difusión: en 2025 coincidiendo con el 50 aniversario de la Fundación Miró; en 2026 en el Congreso Internacional de Arquitectura en Barcelona; y culminaría en 2027 en una gran exposición en el MNAC.