Jose Oliva | Ámsterdam (EFE).- La Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña (OBC) ha llevado al «templo» musical del Concertgebow de Ámsterdam una selección de obras de Maurice Ravel, así como piezas de Pau Casals, en su versión de orquesta y violín, y de Eduard Toldrá.
La formación, que actúa como orquesta invitada dentro del ciclo de conciertos de verano VriendenLoterij, ha presentado un repertorio dedicado mayoritariamente a Maurice Ravel, de quien este año se celebra el 150 aniversario de su nacimiento.
Un programa para celebrar la creatividad de Ravel
Dirigida por Ludovic Morlot y con el virtuoso intérprete francés Renaud Capuçon como violín solista, la OBC ha vuelto al auditorio holandés siete años después de su último concierto en Ámsterdam, y ha entusiasmado a un público que, de pie, ha ovacionado durante varios minutos a los músicos de la orquesta.
La OBC ha desembarcado con un programa que celebra la creatividad de Ravel desde diferentes vertientes, como es el formato de cámara, con la versión para orquesta de su ‘Sonata para violín nº 2’, realizada por Yan Maresz, o con la popular ‘Tzigane’, una composición en la que el violín evoca la tradición húngara, ambas con la interpretación solista de Capuçon.
El concierto se ha iniciado con la ‘Sinfonía efímera’ de José Río-Pareja, una obra, ha dicho el compositor, que «es un guiño al pasado como vehículo para mirar el futuro», que en algunos momentos puede recordar a la música de Stravinsky, «por el protagonismo de los vientos y la percusión».
Una ‘Sinfonía efímera’ de Río-Pareja
Con esta sinfonía, Río-Pareja quería «reinterpretar las músicas de los campesinos cuando van a la siega, los cantos de las ganaderas gallegas o el cancionero tradicional español».

Imagen del interior del Concertgebows con la Orquesta Sinfónica de Barcelona (Foto cedida por L’Auditori)
Una sala mítica para la música clásica
El director de L’Auditori, Víctor Medem, ha explicado en declaraciones a EFE que «no se trata de un concierto en una sala más, sino que el Concertgebow es un auténtico templo de la música clásica, una sala mítica en la que se estrenaron infinidad de obras clave del siglo XX y muchísimas obras de Gustav Mahler, y es además un sitio mágico, con una acústica muy transparente».
Medem ha recordado que 2025 es el año en que la OBC ha actuado más fuera de Barcelona, ha estado en Madrid, en el auditorio de Lyon, en el Festival de Pascua de Aix-en-Provence, ahora en Ámsterdam y en otoño seguirá con una gira por Alemania, en Hamburgo, Stuttgart y Düsseldorf, y luego en el País Vasco en Bilbao y San Sebastián.
Un 2025 único en una orquesta española
«No hay precedentes en la historia de la orquesta, que atraviesa un momento dulce e irrepetible, y no ha habido ninguna orquesta española con tanta presencia internacional en un mismo año», ha asegurado Medem, que asumió el cargo el pasado 1 de julio.
Para Medem, este concierto «ratifica el buen momento de la OBC, que cuenta con una mezcla buena de veteranía y gente joven que ha ido entrando, y con Ludovic Morlot, un director apreciado en el circuito internacional, que nos ha abierto muchas puertas», ha comentado.

Sobre el programa, Víctor Medem ha destacado que es «representativo de la música que ofrece L’Auditori de Barcelona: por un lado el estreno de una obra de encargo de José Río-Pareja, la colaboración con un solista de fama internacional como Renaud Capuçon que ha presentado dos obras de Ravel, en la línea de mantener el foco en el compositor francés, del cual la OBC y Morlot están grabando toda su obra sinfónica».
En la segunda parte, una «bomba», una de esas obras del repertorio que todos quieren escuchar, los ‘Cuadros de una exposición’ de Modest Musorgski en la versión orquestada de Ravel.
Casals y Toldrà en los bises
A este programa se han sumado en los bises, dos piezas de autores catalanes, el ‘Cant dels ocells’ de Pau Casals, con la particularidad de que en lugar de violonchelo ha sido una versión con violín escrita por Antoni Ros Marbà e interpretada como solista por Capuçon, y la obra ‘Empúries’ de Eduard Toldrà, uno de los fundadores de la OBC.

Capuçon, responsable de interpretaciones antológicas, como la protagonizada con su hermano con motivo de la reapertura de Nôtre-Dame de París el pasado mes de diciembre, ha subrayado «la excelente relación» que hay entre la orquesta y su director.
«He actuado regularmente con la orquesta desde hace veinte años y en este tiempo he visto como ha rejuvenecido, hay sangre nueva y eso es extremadamente positivo porque eso da una energía tremenda», ha destacado Capuçon en declaraciones a EFE.
Lleno en el Concertgebow
El éxito del concierto de la OBC en Países Bajos, con plena asistencia al Concertgebow -unas 1.500 localidades- ha culminado con ovación a otro de los bises habituales de la orquesta, ‘Walking the Dog’, de George Gershwin, «curiosamente un admirador de la obra de Ravel, por quien se trasladó a París», apunta Morlot. EFE.