Hèctor Mariñosa
Barcelona (EFE).- Cataluña es ‘Tierra de gigantes’, y no solo por la tradición de crear figuras de reyes y reinas u otros personajes populares que salen a las calles para ambientar fiestas mayores y celebraciones diversas, pues en toda su geografía han surgido en los últimos años representaciones escultóricas colosales que parecen vigilar el territorio desde las alturas.
Estas esculturas y construcciones ‘gulliverianas’ se han convertido en símbolos de los lugares en los que han quedado emplazadas, al representar héroes, ideales o valores importantes para estas comunidades, siendo su gran tamaño una forma de amplificar la potencia de los mensajes y hacer que perduren en el tiempo y en el recuerdo.
Estas son las principales esculturas gigantes que se pueden encontrar en la geografía catalana:
L’Home del Mil·leni / El Hombre del Milenio
Esta escultura de hierro de diseño industrial y de unos 15 metros de altura fue una figura central en el espectáculo multitudinario que La Fura dels Baus creó para dar la bienvenida al nuevo milenio en la noche de Fin de Año de 1999, en la plaza de Catalunya de Barcelona.
La intención de la compañía teatral era crear un símbolo del nuevo milenio, difuminando las fronteras de género, raza y clase social, representando un ser colectivo, en constante evolución y transformación.

Tras su uso en la celebración de Fin de Año de 1999 ante más de 100.000 personas, la escultura ha estado instalada de forma permanente en el Parc del Mil·lenni de Gavà (Barcelona), aunque ha sido recuperada en varias ocasiones para eventos especiales.
Así, volvió a ser protagonista en las celebraciones de Fin de Año de Barcelona en 2013 y 2014, en la Avenida Maria Cristina y las Fuentes de Montjuïc, en la que los ‘castellers’ interactuaban con la estructura, escalando por su interior.
Más allá de su función original, se ha convertido en una pieza icónica que simboliza la filosofía y el impacto de La Fura dels Baus en el ámbito de las artes escénicas.
Indíbil
En el término de Sidamon (Lleida), junto a la autovía A-2, se alza la impactante figura de un gigante de 15 metros que parece dispuesto a cruzar la concurrida carretera sosteniendo dos piezas de grandes dimensiones, un ser que capta la atención de todos los conductores que pasan por este punto.
La escultura, bautizada como Indíbil, el nombre del caudillo ilergete que luchó contra los romanos, se levantó cuando se construía la autovía a principios de los años 90 con materiales sobrantes de la obra, como tuberías, hormigón y piezas prefabricadas.

Los creadores del gigante se propusieron hacer un homenaje a los trabajadores de la obra y a los agricultores de la zona, y con el tiempo se ha convertido en un símbolo de Sidamon y de estas tierras leridanas, pese a que su estrafalaria estética sigue generando controversia.
El pasado año Indíbil, o ‘el ninot’, como le llaman algunos vecinos, fue renovado con 80 kilos de pintura acrílica para que volviera a relucir mientras vigila permanentemente desde lo alto a los vehículos que pasan por el punto kilométrico 479 de la A-2.
Mazinger Z
La estatua gigante de Mazinger Z, erigida en la urbanización Mas del Plata, en la localidad de Cabra del Camp (Tarragona), es un icono para los fans del cómic japonés y los seguidores de la popular serie televisiva de los años 70.
La figura, de más de 10 metros de altura, fue construida con hormigón y fibra de vidrio en 1979 por los promotores de la urbanización, como reclamo para atraer compradores y promocionar las nuevas casas.

Con el tiempo, la estatua se ha convertido en un símbolo local y un lugar de peregrinación para los fans del anime, así como para excursionistas y moteros, que no resisten a hacerse fotos junto a la imponente figura del robot.
A lo largo de los años, ha requerido restauraciones, especialmente en la pintura, y recientemente la zona alrededor de la estatua ha sido mejorada, creando la plaza de Alfredo Garrido García, en honor al autor y cantante del tema de Mazinger Z, con áreas de picnic, un bar y un parque infantil.
Laia, l’arquera
En medio de la plaza de la Porta Laietana de Mataró (Barcelona), se levanta desde 1998 la descomunal escultura ‘Laia l’arquera’, de 24 metros de altura si se mide desde el suelo hasta la cabeza, y que alcanza los 34 metros hasta la punta de su arco.
Se trata de una figura femenina de hierro que representa a una deidad del pueblo íbero de los laietanos, haciendo referencia a los orígenes de la ciudad de Mataró.

Inspirada en las representaciones femeninas de las pinturas rupestres, la escultura, de Josep M. Rovira i Brull, está representada de pie sujetando un arco con un brazo y, con el otro, haciendo el gesto de tensar la cuerda.
Según el autor de la obra, la escultura simboliza la unión del ser humano con la tierra de las culturas prehistóricas y Laia representa a una diosa madre capaz de defender y garantizar la pervivencia de la tribu.
Otras esculturas propias de una ‘Tierra de gigantes’
Otras grandes esculturas y construcciones diseminadas por Cataluña pueden equipararse a las proporciones de estas cuatro esculturas antropomórficas, entre ellas un enano ‘gigante’ de unos tres metros en Roses (Girona), imagen de una empresa de atracciones infantiles, o el pez diseñado por Frank Gehry en el puerto Olímpico de Barcelona, que mide 56 metros de largo por 35 metros de alto.
También, en el Port Vell, se encuentran la denominada Cabeza de Barcelona, de Roy Lichtenstein, de 14 metros, y una enorme gamba diseñada por Xavier Mariscal, ambos encargos para los JJOO, y en el Parque de la España Industrial se construyó una estructura de acero con forma de dragón con las alas abiertas, de unas 150 toneladas de peso, que hace las funciones de gran tobogán.
Del mismo modo, ante el Palau de la Música se instaló ‘Carmela’, una cabeza de niña de hierro fundido de 4,5 metros, obra de Jaume Plensa, y en la Zona Olímpica de Vall d’Hebron se encuentra ‘Mistos’, un grupo escultórico de 20 x 9 x 13 metros, con grandes cerillas pintadas de vivos colores, obra del artista Claes Oldenburg y de su mujer, la crítica de arte y restauradora Coosje van Bruggen

Completan el grupo las construcciones gigantes del Parque de Francesc Macià de Malgrat de Mar (Barcelona), donde se pueden encontrar un enorme zapato, un gran lápiz o setas y pasteles gigantes, o el mayor banco para sentarse de Cataluña, instalado hace unos meses en Riba-roja d’Ebre (Tarragona), que sirve de mirador sobre el pueblo y el meandro del río. EFE.