Imagen de archivo del incendio de Paüls (Tarragona) EFE/Bomberos de Cataluña / SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

Cataluña cierra el verano forestal con 3 muertos, 338 incendios y 8.615 hectáreas quemadas

Barcelona (EFE).- La campaña forestal del verano en Cataluña ha culminado con tres muertos en los dos grandes fuegos de julio en Paüls (Tarragona) y Torrefeta i Florejacs (Lleida), y con un balance de 338 incendios forestales, con 8.615 hectáreas afectadas, de ellos el 16 % intencionados y el 26 % por negligencias.


Así se desprende de los datos de la consellería de Interior que ha presentado en rueda de prensa la titular del departamento, Núria Parlon, que ha advertido de que la «emergencia climática» abre un nuevo «régimen de incendios forestales, que ya no son un horizonte, sino una realidad presente», por lo que ha apostado por la prevención, la tecnología y más medios ante los incendios de sexta generación.


En concreto, según datos de los Agentes Rurales, durante esta campaña forestal -iniciada el 1 de junio y finalizada el pasado 15 de septiembre- en Cataluña ha habido 338 incendios forestales, que han afectado en total a 8.615 hectáreas, de las cuales 4.019 superficie forestal.

Imagen de archivo de incendios forestales en Cataluña


Del total de hectáreas quemadas, 5.056 fueron en el virulento incendio de Torrefeta i Florejacs y 2.391 en el de Paüls, lo que supone que estos dos grandes incendios, que se cobraron la vida de tres personas, han concentrado el 86,4 % de la superficie afectada en esta campaña forestal.

El 14 % de los incendios forestales, causados por rayos


De hecho, según los datos de los Agentes Rurales, gran parte de los 338 incendios forestales han sido de menos de una hectárea, de forma que 292 han sido pequeños conatos, lo que implica el 86 % del total.


En el cuadro histórico de Cataluña, la campaña forestal de 2025 es la número 13 en relación a la superficie quemada desde 1986 -muy lejos de las 65.620 hectáreas del año 1994 o las 64.924 de 1986-, y la número 18 en relación al número de incendios.


La investigación de los incendios llevada a cabo por los Agentes Rurales ha determinado que durante esta campaña forestal el 14 % han sido por causas naturales -relámpagos-, mientras que el 86 % restante ha estado relacionado con la actividad humana: el 26 % por negligencias, el 26 % por accidentes, el 16 % intencionados y el 18 % por otros motivos.


En la rueda de prensa, Parlon ha indicado que los Bomberos de la Generalitat han trabajado a lo largo del verano en un total de 2.168 incendios de vegetación -un 62,6 % más que el mismo periodo del año anterior- aunque además de los forestales se incluyen también los registrados en zona agrícola y urbana.

Medios y prevención ante los fuegos de sexta generación



Parlon ha advertido de que el «riesgo climático» no es ya un horizonte, sino una realidad, ante lo que es necesario prepararse con más medios materiales y personales, con tecnología y con prevención para los incendios de sexta generación, para poder dar una respuesta «rápida, coordinada, humana y efectiva, ante cualquier escenario».


En este sentido, ha insistido en la importancia de trabajar en la cultura preventiva y de autoprotección, de proseguir con el plan de los Bomberos para 2030, con el objetivo de dotarles de una plantilla de 4.000 efectivos y de apostar por una gestión forestal basada en los «mosaicos» entre zonas agrícolas y forestales, para que el territorio sea más resiliente ante fenómenos meteorológicos adversos.


El subdirector de los Bomberos, Francesc Boya, ha explicado por su parte que los incendios de sexta generación son fruto del cambio climático, que está extremando las condiciones meteorológicas, y del abandono del espacio rural, con más combustible en biomasa, lo que crea unos pirocúmulos de hasta 14 kilómetros de altura, que provocan que la capacidad de propagación del fuego sea más errática e impredecible.


Ante este tipo de fenómenos, Boya ha insistido en la importancia de la tecnología -por ejemplo con sensores para tener datos sobre la probabilidad de que se levante un pirocúmulo- y en mejorar los modelos climáticos para que afinen con más precisión las previsiones.


Tanto Parlon como Boya han insistido en advertir a la ciudadanía de que aunque la campaña forestal de verano ya ha finalizado no se debe bajar la guardia, porque los incendios cada vez están más desestacionalizados y todavía existe riesgo, como por ejemplo en los próximos días en las Tierras del Ebro y Lleida, donde se prevé que además de las altas temperaturas haya un episodio de viento fuerte. EFE