La historietista Ana Penyas se ha convertido en una incisiva cronista de cierto desencanto social y ahora, con 'En vela', su último trabajo, sobre la pandemia del insomnio, una plaga fruto del hipercapitalismo, que ha convertido para muchos dormir en un lujo. EFE/ Raúl Caro

Ana Penyas radiografía en ‘En vela’ la pandemia del insomnio y el «lujo» de poder dormir

Sergio Andreu


Barcelona (EFE).- La historietista Ana Penyas se ha convertido en una incisiva cronista de cierto desencanto social: la soledad en la vejez, el desarraigo, y ahora, con ‘En vela’, su último trabajo, sobre la pandemia del insomnio, una plaga fruto del hipercapitalismo, que ha convertido para muchos dormir en un lujo.


Para esta valenciana de 38 años, que -ella misma reconoce- tiene el sueño algo frágil, la historia coral de ‘En vela’ (Salamandra Graphics, también en catalán) no es un libro sobre el insomnio, sino «una radiografía de la sociedad, de sus desigualdades, laborales, de género, de racismo…», apunta desde Sevilla, donde está afincada.

La ‘obsesión’ por poder dormir


A partir de la lectura de ‘El año que tampoco hicimos la revolución’, ensayo del colectivo Todoazen, y con el trasfondo del ‘Manhattan Transfer’ de John Dos Passos, a Penyas, metódica con los temas que elige, le surgió la idea de una historia sobre la obsesión por el dormir y la dependencia de los fármacos para lograrlo.


«Cada vez hay más gente que conozco que antes dormía bien y ya no; gente que toma pastillas, con prescripción médica o que las consigue con trapicheos. Una pandemia que algún estudio señala a España como el país del mundo que consume más ansiolíticos», afirma la autora, que además de investigar y preguntar a amigos y conocidos a través de las redes sobre estas ansiedades, visitó la unidad de sueño del Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla.


«Escuché a pacientes, intenté aprender de diferentes perfiles, para no quedarme sólo en mi entorno más cercano. Con todo esto, fui construyendo el guión», desvela.

Portada del álbum ‘En vela’ en castellano y en catalán


‘En vela’ acompaña a una serie de personajes -en una especie de ronda de seis noches y un día, de un tristón mes noviembre- que padecen la maldición de no poder dormir, que se acuestan con el miedo «a comer techo», a ver la horas pasar mientras se acerca el momento de levantarse, con la precariedad laboral como el elemento común casi entre todos ellos.


Un paisaje humano variopinto: un trabajador de venta ‘on line’, una limpiadora por horas que sisa benzodiazepinas a su patrona, un ‘rider’ que sufre racismo, una mujer preocupada por su hijo adicto a los videojuegos, un cantante exalcohólico que vive en un albergue o una diseñadora sin una vivienda digna, que debe cuidar de sus padres mayores, cuando le gustaría dar el paso para ser madre.

El ‘lujo’ de poder dormir


«Cuando miramos las estadísticas vemos que cada vez se duerme peor. Es sintomático de los tiempos, empieza a ser un lujo, la desigualdad está presente», argumenta la dibujante.


En su preparación, Penyas detectó una prevalencia de mujeres maduras sobremedicadas con problemas para dormir, en muchos casos por la carga mental doméstica, así como la influencia de las omnipresentes pantallas digitales en romper los ciclos naturales del sueño, sobre todo entre los jóvenes, con mesillas abarrotadas de dispositivos.


‘En vela’ combina páginas de viñetas de estructura tradicional con otras de composición mural, en donde se intercalan imágenes de lo que ha sido el sueño a través de la historia, desde las cavernas, cuando algún humano tenía ya que dejar de dormir para vigilar, hasta la revolución industrial y el capitalismo que cambió los hábitos de sueños de la humanidad.

Los cambios en la estructura del sueño


«Cómo dormimos es producto del sistema en el que vivimos. Antes dormíamos en comunidad y ahora no. La estructura del sueño ha ido cambiando», explica Penyas, cuyo verdadero reto, que le ha quitado horas de dormir, ha sido elegir para trasladar el tono del duermevela o los sueños violentos provocados por el cansancio.


«No ha sido un libro fácil, lo he sufrido. Lo que más, la parte gráfica. El tema me pedía soluciones diferentes, más negros, jugar con otros colores, pensar en cómo hablar de la noche, de la luz de las pantallas, de la caligrafía a mano para los sueños. Fue un experimento, mucho ensayo error. No era un tema luminoso, era la noche pura», desvela sobre su gestación.

La historietista valenciana Ana Penyas fotografiada en Sevilla, donde está afincada. EFE/ Raúl Caro


Penyas fue Premio Nacional de Cómic 2018 por ‘Estamos todas bien’ -primera autora con este galardón- en el que daba visibilidad a las mujeres mayores y la soledad de la vejez, trabajo al que le siguió ‘Todo bajo el sol’, una historia sobre la transformación de las ciudades y la gentrificación durante el desarrollismo y el «boom» turístico.

Un cómic con un enfoque social


Con esta nueva obra, la historietista se mantiene en esa senda del cómic social, que parece ofrecer un diagnóstico, pero sin intentar dar consejos mágicos.


«Planteo el problema, pero no las soluciones. No soy yo una política, no creo que se pueda solucionar con pequeños cambios. Pueden aplicarse políticas concretas, pero la situación nos desborda por tantos lados que resulta complicado», resume la autora.