Girona (EFE).- Las estaciones de esquí del Pirineo volverán a disfrutar este año de pistas abiertas por el Puente de la Constitución, después de que el año anterior la falta de nieve obligase al cierre por esas fechas, una de las tres grandes citas de la temporada.
Aunque nadie niega los efectos del cambio climático, la realidad de esta campaña supone un cierto regreso al pasado, con presencia de esquiadores en diferentes dominios de Cataluña, Andorra y sur de Francia el fin de semana anterior al puente.
Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), que gestiona la práctica totalidad de estaciones en la comunidad con la excepción de Baqueira y Masella, ha puesto en marcha su joya de la corona, La Molina (Girona), que abre con espesores de hasta cuarenta centímetros de nieve polvo y diez pistas a disposición del público.

La producción de nieve, clave para el esquí en el Pirineo
La clave de este cambio de paradigma respecto a hace un año tiene que ver con las precipitaciones y las bajas temperaturas de los últimos días, pero también con las inversiones en cañones de producción de nieve.
Un ejemplo es el de Masella (Girona), que abrió entre semana, la primera de España en hacerlo, con seis pistas para un total de once kilómetros esquiables, aunque ya ha duplicado esta última cifra.
La sensación de que todo ha cambiado este año se repite también en Baqueira Beret (Lleida), cuyo director, Alex Bares, explica que las perspectivas son «muy buenas» después de inaugurar campaña con 64 kilómetros disponibles.
Más de cuarenta pistas operativas, tras nevadas y temperaturas de quince grados bajo cero que han acumulado hasta setenta centímetros en las cotas altas, confirman un estreno tan óptimo que hay que remontarse a la temporada 2019-20 para hallar una apertura el último fin de semana de noviembre, entonces con la práctica totalidad de la estación en marcha.

Andorra se suma al buen inicio en el Pirineo
Si eso es en cuanto a Cataluña, en Andorra la situación es idéntica, reflejada en la inauguración de campaña en Ordino Arcalís, uno de los dominios que componen la marca Grandvalira Resorts.
Las pistas del área de la Coma fueron las primeras en abrir y dar paso a un despliegue progresivo que culminará en el puente de la Constitución.
Los responsables de Grandvalira Resorts destacan igualmente la importancia de las inversiones realizadas en producción de nieve, una partida en la que se han volcado y que alcanza los 11 millones de euros para plantar cara a situaciones adversas como las de la pasada temporada.
El director de mercadotecnia de la compañía, David Ledesma, ha dejado claro que el futuro del esquí en el Pirineo pasa por esta fórmula, que garantiza la nieve con una notable reducción de gasto energético e hídrico gracias a la actual tecnología en comparación con los cañones de primeras generaciones.
Francia no se queda atrás
En cuanto a la vertiente francesa de los Pirineos, el primer fin de semana de campaña tiene también allí su reflejo con las estaciones de Les Angles, Porté Puymorens y Luz Ardiden como abanderadas.
Las direcciones de estos dominios, especialmente de los dos primeros, saben que buena parte de su clientela es catalana y que tienen la opción de sacar partido de una fecha como es la del puente de la Constitución, sin la que se quedan estaciones como las de los Alpes.
En lo que todos coinciden en el Pirineo es en que el estreno de temporada este año remonta a tiempos de bonanza y deja atrás un inicio para olvidar por inexistente como el del último puente de la Constitución para dar pie a unas expectativas muy diferentes en esta campaña. EFE