Madrid (EFE).- En la planta baja del número 3 de la calle Pretil de Santisteban se encuentra un lugar histórico que para la mayoría de los madrileños es desconocido, la Capilla de la Cuadra de San Isidro, un espacio de 42 metros cuadrados donde el santo más castizo guardaba sus animales y pernoctaba cuando era mozo.

Un lugar donde esta mañana el Ayuntamiento de Madrid ha instalado una placa para identificarlo, una iniciativa que se une a las diversas actividades conmemorativas organizadas por el Consistorio durante el Año Santo Jubilar para recordar el IV centenario de la canonización de San Isidro Labrador.
La capilla, que se puede visitar cada año el 15 de mayo y el tercer sábado de cada mes, perteneció históricamente a la familia Vargas, quien preservó este espacio desde la muerte del santo en el siglo XII y hasta que en el siglo XVII se erigió la capilla.
Edificio del siglo XIX, capilla desde el siglo XIV
Este lugar, que convive con los habitantes de este recoleto edificio de cuatro plantas con dos viviendas en cada nivel, en la actualidad depende de la Congregación de San Isidro de naturales de Madrid.
En palabras de Jorge Mata, Presidente de la Real, Muy ilustre y Primitiva congregación de San Isidro, este edificio de viviendas es de finales del siglo XIX, pero siempre conservó el espacio de la cuadra, que se convirtió en capilla gracias a la familia Vargas en el siglo XIV.
Eso sí, ha advertido que ya en este siglo también había «especulación», así que fueron los Vargas los que preservaron este espacio cuando el actual edificio se construyó en 1856.
En concreto, en esta pequeña capilla hay un retablo neoclásico con las imágenes de San Isidro y Santa María de la Cabeza y dos imágenes en los laterales de la Inmaculada Concepción y San José. Aparte está decorada con otros cuadros que representan los milagros del santo, obra del mismo arquitecto que hace la última remodelación, Manuel Castellanos.
Instalación de la placa y de la celebración del Año Jubilar
En cuanto a la convivencia, según ha contado el vecino que vive en la antigua portería, Carlos de Santiago, hace 50 años con la última propietaria de la capilla todo era «más divertido», y era ella la que abría la capilla para cualquier interesado en verla.
Vecinos que ahora viven en este espacio tan emblemático en la vida de San Isidro, donde esta mañana ha acudido el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, con motivo de la instalación de la placa y de la celebración del Año Jubilar.
«Hoy tenemos una de esas historias que definen la tradición, la cultura, nuestras raíces espirituales y uno de esos secretos escondidos en la ciudad de Madrid (…) además, hemos venido en el día de Santa María de la cabeza y es un rincón muy especial de nuestra ciudad, una ciudad global, pero una ciudad que tiene como Patrona una persona sencilla, honrada, honesta, trabajadora», ha afirmado el primer edil.
Almeida, que ha reconocido que no conocía este rincón de la historia madrileña, ha invitado a todos los ciudadanos a conocerlo porque se trata de un espacio que «nos reconcilia con nuestras raíces para proyectarnos hacia nuestro futuro».