Los candidatos del PSPV-PSOE ( Ximo Puig, d), y del PP (Carlos Mazón izq ) a la Presidencia de la Generalitat, antes de un debate del 28M organizado por la Cadena SER. EFE/ Biel Aliño/Archivo

Un mes para el 23J: El PP busca revalidar la hegemonía del 28M y el PSOE remontar

València (EFE).- La Comunitat Valenciana celebrará en un mes elecciones generales, en las que el PP busca revalidar su hegemonía del 28M para contribuir a un vuelco en España en el que Vox quiere ser decisivo, y, en la izquierda, el PSOE aspira a remontar para frenar el avance de la derecha y Compromís, a contribuir a que la mayoría progresista sume.

Las urnas volverán a instalarse en los colegios electorales 56 días después de la doble cita del 28M, que supuso un cambio de ciclo en la Comunitat Valenciana al poner fin a ocho años del Botànic gracias a un pacto de gobierno entre PP y Vox -el primero que se cerró en España tras los comicios- y situó a los populares como la primera fuerza local.

Después de que la diferencia entre el PP y PSPV en las autonómicas fue de siete puntos en la Comunitat, habrá que ver cómo queda en las generales, en las que hace cuatro años los socialistas ganaron pero el bloque de derechas logró la mayoría de diputados (17 de los 32 escaños) y hubo empate de senadores (6 para PSOE y 6 para PP).

TRES NOVEDADES Y UNA INCÓGNITA

El 23J en la Comunitat Valenciana tiene tres novedades principales respecto a las elecciones generales de hace cuatro años: se elige un diputado más que en noviembre de 2019, no repite casi ningún cabeza de lista de entonces, y hay partidos que entonces lograron representación y ahora no concurren, como Ciudadanos.

En cuanto a la representación valenciana en las Cortes Generales, la Comunitat elige 33 representantes al Congreso de los Diputados (16 por Valencia, que ha ganado uno por población, 12 por Alicante y 5 por Castellón) y 12 en el Senado (cuatro por circunscripción).

Entre las listas registradas (13 al Congreso y 11 al Senado en Valencia; 12 al Congreso y 9 al Senado en Alicante; y 9 al Congreso y 8 al Senado en Castellón) no figura Ciudadanos, que tras la debacle del 28M no se presenta a las generales, ni Unides Podem, aunque integrantes de esta formación van en la lista de la coalición Sumar-Compromís.

La gran incógnita es cuánta movilización habrá entre los 3,7 millones de valencianos que conforman el censo, pues las generales suelen ser las elecciones en las que más se participa pero estas se celebran en plenas vacaciones de verano, y de hecho se espera un gran aumento del voto por correo.

Detalle del cierre de una urna en el almacén electoral de la provincia de Valencia antes de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo. EFE/Biel Aliño/Archivo

PP: SER CLAVES PARA EL CAMBIO EN ESPAÑA

El PP, que hace cuatro años obtuvo 8 diputados y presenta como cabezas de lista al Congreso a Esteban González Pons (Valencia), Macarena Montesinos (Alicante) y Alberto Fabra (Castellón), confía en que se vuelva a dar el “mensaje de cambio y de fin del sanchismo en España” del 28M y “pasar página y dejar atrás” las políticas de Pedro Sánchez.

González Pons asegura a EFE que los valencianos serán un “elemento clave para propiciar el cambio que necesita España” y que “merecen” los ciudadanos, y reivindica que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, tiene un proyecto de gobierno “serio y responsable, con políticas reales para dar solución a la difícil situación” que viven muchos ciudadanos.

Los populares, ganadores tanto de las elecciones autonómicas como municipales del mes pasado en la Comunitat, parten en estas elecciones con buenas perspectivas demoscópicas, en las que habrá que ver qué impacto pueden tener los recientes pactos alcanzados con Vox para gobernar en la Generalitat y varios municipios.

PSPV: FRENAR LA ‘OLA DE RETROCESO’

Los socialistas, que en 2019 obtuvieron 10 diputados y que tras resolver su conflicto interno llevan como cabezas de cartel a la ministra Diana Morant (Valencia), a Alejandro Soler (Alicante) y a Susana Ros (Castellón), señalan que el 23J quieren ser “el partido mayoritario” y afirman que el 28M, donde lograron su mejor resultado desde 2007 en las autonómicas aunque perdieron la Generalitat, demostró que son “el único voto útil” en la izquierda.

“Estamos convencidos de que, después de lo que ha pasado en la Comunitat con el pacto de la vergüenza PP-Vox, el voto progresista se va a movilizar para impedir que esa ola de retroceso se haga con el Gobierno de España”, indican a EFE fuentes socialistas, que insisten en que son “el único voto que puede frenar la expansión de la extrema derecha”.

La portavoz de Compromís y cabeza de lista al Congreso por Valencia, Àgueda Micó. EFE/Biel Aliño/Archivo

COMPROMÍS: SER FUNDAMENTALES PARA EL PROGRESISMO

Compromís, que hace cuatro años se presentó en coalición con el partido de Íñigo Errejón bajo la denominación Més Compromís y revalidó su escaño, lo hace ahora con la plataforma Sumar de Yolanda Díaz bajo el paraguas “Sumar-Compromís” y unas listas al Congreso que lideran Àgueda Micó (Valencia), Txema Guijarro (Alicante) y Carlos Navarro (Castellón).

La coalición aspira a conseguir un mínimo de cinco diputados en el Congreso para poder conformar un grupo parlamentario propio y que sus diputados sean “fundamentales” para conformar una mayoría progresista que permita consolidar derechos y aprobar un nuevo sistema de financiación que acabe con el “trato injusto” a los valencianos.

El cabeza de lista al Congreso por Valencia de Vox, Carlos Flores (d), acompañado por el extorero Vicente Barrera. EFE/Manuel Bruque/Archivo

VOX: LLEGAR AL GOBIERNO

Vox, que en 2019 logró siete diputados en la Comunitat, quiere con las listas que encabezan Carlos Flores Juberías (Valencia), David García (Alicante) y Alberto Asarta (Castellón) ampliar su representación con el fin de lograr “una nueva mayoría” que lleve a Vox a un Gobierno que ponga “punto final al sanchismo”.

El cabeza de lista por Valencia, que no ha recogido el acta de diputado autonómico tras haber sido el candidato a la presidencia de la Generalitat el 28M después de que el PP nacional afirmara que su condena por maltrato en 2002 era un “línea roja”, espera que su formación sea, como aquí, “decisiva” para el cambio de Gobierno.